Circular
“La fe en Jesús nos permite cumplir las obras de Dios. Si nos dejamos implicar en esta relación de amor y de confianza con Jesús, seremos capaces de realizar buenas obras que perfumen a Evangelio, por el bien y las necesidades de los hermanos”. (Ángelus, 5 de agosto de 2018)
A toda la Iglesia que peregrina en Monterrey: ¡la paz esté con ustedes!
Queridos hermanos y hermanas:
Como cada año, el próximo 29 de junio celebramos la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Una fiesta que nos anima a pedir por el Papa y sus intenciones.
Así mismo, cada año los fieles tienen también la oportunidad de colaborar con la Sede Apostólica a través de su generosidad, ofreciendo una aportación que tradicionalmente llamamos el “Óbolo de San Pedro”. Los donativos de los fieles al Santo Padre se emplean en obras misioneras, iniciativas humanitarias y de promoción social, así como también en sostener las actividades de la Santa Sede. El Papa, como Pastor de toda la Iglesia, se preocupa también de las necesidades materiales de diócesis pobres, institutos religiosos y fieles en dificultad (pobres, niños, ancianos, marginados, víctimas de guerra y desastres naturales; ayudas particulares a Obispos o Diócesis necesitadas, para la educación católica, a prófugos y emigrantes, etc.).
En nuestra Iglesia nos unimos a este gesto de fraternidad, realizando como Óbolo de San Pedro, la colecta íntegra de las misas del domingo XIII del Tiempo ordinario (sábado 25 y 26 de junio), misma que deberá ser entregada en la Tesorería del Arzobispado, a la mayor brevedad posible.
Pedimos a todos los Párrocos y Rectores de Templos, así como a los Institutos de Vida Consagrada, a los Directores de Colegios, dirigentes de Organismos Apostólicos, tengan a bien cumplir con este grato deber del Óbolo de San Pedro.