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A TODOS NUESTROS HERMANOS DE LA VIDA CONSAGRADA
Queridos hermanos y hermanas:
Deseo y confirmo que su consagración a Dios sea fuente de vida en su camino de entrega evangélica desde su misión que enriquece la vida de la Iglesia, especialmente en la Arquidiócesis de Monterrey.
En el año 2020, se les ha invitado a caminar desde dos claves importantes que motivan su vocación: el don de la fidelidad y la alegría en la perseverancia. Me uno, como pastor de esta comunidad eclesial, a los deseos e ilusiones que el Santo Padre Francisco ha dispuesto para tomar conciencia de los síntomas que en la actualidad vive la Vida Consagrada en la Iglesia.
La consigna evangélica: permanecer en mi amor, es la fuerza de la fidelidad, que consiste en perseverar en el amor que se adquiere en poner la mirada en Él y mantener vivo ese amor que nació en el llamado, maduró en la respuesta cotidiana en la misión y se consolida en la perseverancia hasta el fin, manteniendo siempre una relación de amistad con ÉL. Permanecer en el amor es fuente de alegría en el seguimiento a Jesús, porque el discípulo y discípula ha experimentado profundamente al sentirse amado por Él y ésta, es la razón de la alegría al compartir con los demás este gozo. Si se acaba el amor, la alegría se convierte en frustración y desilusión.
La fidelidad y perseverancia, son plenamente vividas por Jesús, al ser el testigo fiel. Jesús es ícono de la misma, ÉL es fiel a Dios Padre; e invita a todos a ser fieles a su Palabra. A nosotros se nos da la gracia y se nos pide la respuesta de la fidelidad al Padre, a través del Hijo que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros. La perseverancia se entiende, ante todo, como paciencia, como capacidad para sufrir pruebas que nos preparen para ser perfectos e íntegros. La perseverancia vivida y testimoniada por Pablo es la virtud de quien combate para testimoniar la fidelidad a Cristo (1Tm 6, 11-12). El cristiano está llamado a vivir la perseverancia siguiendo el modelo de Cristo, como lo afirma Jesús mismo (cf. Lc 22,28).
Por ello, para animar y renovar esta alegría y fidelidad, les invito a toda la Arquidiócesis de Monterrey y a todos los consagrados y consagradas a celebrar el don de la Vida Consagrada, el día 02 de febrero de 2021, día de la Presentación del Señor. Les pido prever los debidos cuidados y protocolos que nos exige la contingencia que vivimos del Covid-19.
Las actividades que se han organizado desde la Vicaría de la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, serán las siguientes:
1. Conferencias sobre de la Vida Consagrada
De lunes a viernes comenzando el 25 de enero hasta el 28 de febrero a las 6:00 p.m. Se transmitirán por tanto en youtube y facebook de CDA (Canal Digital Arquidiocesano) y en la página de Facebook de la Vicaría de Vida Consagrada.2. Marcha de la Luz: 02 de febrero de 2021
17:30hrs Templo del Sagrado Corazón
18:00hrs “Marcha de la Luz VIRTUAL” (trasmisión en vivo por CDA en facebook y youtube) a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, Monterrey.
19:00hrs Santa Misa (Trasmisión en vivo por CDA)
Invito a los grupos parroquiales y a los movimientos de apostolado a que participen en esta celebración, con la finalidad de que oren y conozcan a los consagrados y consagradas, con la esperanza de que surjan vocaciones.
Confío y espero que participen a esta celebración, y bajo la mirada amorosa de la Virgen del Roble, la Virgen Fiel, les acompañe en su misión evangélica de perseverar en la alegría y fidelidad. Oraremos para agradecer y pedir por este don de la Vida Consagrada en nuestra Arquidiócesis de Monterrey.