Decreto
A todos los jóvenes de la Iglesia que peregrina en Monterrey, ¡la paz esté con ustedes!
Reciban un saludo fraterno y cercano, acompañado de mi oración y de un sincero agradecimiento por el camino que recorren en la Iglesia y en la sociedad. Ustedes son una riqueza viva para nuestra Arquidiócesis, y su presencia, sus preguntas y su entusiasmo nos interpelan y nos animan a seguir caminando juntos con la mirada puesta en Jesús.
Considerando el llamado permanente de la Iglesia a acompañar, escuchar y caminar junto a los jóvenes, y atendiendo a las orientaciones que su momento, el Santo Padre Francisco, dio en la Exhortación Apostólica Christus Vivit nos invitaba a promover espacios donde los jóvenes se sientan en casa, acogidos y enviados en misión;
Reconociendo la necesidad pastoral de ofrecer en nuestra Arquidiócesis lugares de encuentro, fraternidad y formación integral para los jóvenes, que favorezcan la vida comunitaria, el discernimiento vocacional y el encuentro personal con Jesucristo; por las presentes letras, en uso de mi autoridad ordinaria como Obispo diocesano,
Erijo el
Centro Juvenil Arquidiocesano
“la casita”,
de la Pastoral Juvenil
Este Centro Juvenil está pensado como un espacio para el encuentro y la vida comunitaria. La Casita debe ser, un hogar. Un lugar sencillo y cercano, donde puedan entrar y salir con libertad, sentirse acogidos tal como son y encontrar un espacio propio que ustedes mismos puedan ir haciendo suyo. Será un refugio donde se viva una acogida cordial e incondicional, donde puedan compartir sus alegrías y esperanzas, pero también sus cansancios, sus dudas y sus silencios. Deseamos que aquí experimenten una Iglesia de puertas abiertas, en salida, donde nadie sobra y todos tienen un lugar.
El corazón de La Casita debe ser siempre Jesucristo, huésped y amigo. Queremos que este lugar sea un espacio donde puedan encontrarse con Jesús Eucaristía, es por eso que este espacio contará con una Capilla donde se reservará el santísimo sacramento. Aquí se favorecerá el encuentro con la Palabra de Dios y la celebración de la Eucaristía como momentos de diálogo vivo con el Señor resucitado. Que puedan experimentar que Cristo vive, que los ama, que habita en ustedes y que nunca los abandona.
Como Centro Juvenil, La Casita los acompañará en el proceso de forjar su identidad a la luz del Maestro. Inspirados en la vida de Jesús en Nazaret, se ofrecerán espacios para crecer integralmente, madurar en la fe, desarrollar sus capacidades y discernir el proyecto que Dios tiene para cada uno. Así, podrán descubrir su vocación y vivir con libertad y responsabilidad como hijos de Dios.
Por todo ello, los invito a sumarse con entusiasmo a esta ruta pastoral. La Iglesia los necesita: necesita su creatividad, su sensibilidad, su fe y su capacidad de soñar. Caminen con confianza; no están solos. Como Pastor de esta Iglesia que peregrina en Monterrey, cuento con ustedes y los encomiendo al cuidado amoroso del Señor.
No quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer al Seminario Arquidiocesano de Monterrey por autorizar el convenio de uso de esta casa en favor de la pastoral vocacional y juvenil y a las damas que integran el comité de la Unión Femenina Católica de Monterrey que donaron estas instalaciones a nuestro Seminario, asegurándoles que siempre mantendremos su intención de que estas sean dedicadas al Seminario y las vocaciones.
¡Virgen Santísima del Roble, cúbrenos con tu manto!
¡San Teófimo Mártir, ruega por nosotros!