Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 7 de febrero 2020. El Arzobispo de Monterrey, realizó una visita pastoral a la comunidad comunidad parroquial de la Divina Providencia, a la cual invitó durante la celebración eucaristica a vivir con valentía y de acuerdo a la ley de Dios.
“Nos hace mucho bien escuchar al Señor que nos diga, no tengan miedo, así nos decía también el Papa San Juan Pablo II, no tengan miedo de abrirle las puertas a Cristo, el nada te quita, todo te lo da, es el valor de quien se abre al Señor, de quien le abre la puerta, cuando tenemos miedo cerramos la puerta”.
No hay misión donde hay cobardía, no hay misión donde hay miedo, en México no seriamos católicos, sino ha sido por el valor de los misioneros, imagínense allá en el siglo XVI, venir desde España hasta estas tierras, en aquellos veleros que nunca sabían si iban a llegan a su destino, enfrentando enfermedades y violencia, solo hay misión donde hay valor.
“Dice el Papa Francisco, prefiero una Iglesia que se accidenta por salir, a una Iglesia que se enferma por estar encerrada por cobarde, tener valor, se valiente”.
Hay una segunda parte muy importante que acompaña la valentía, cumple los mandamientos, cumple la ley de Dios, porque si no es con ese código de conducta que el Señor nos encomienda, de que nos serviría ser valientes, haríamos un camino a nuestro antojo.
“Donde se vive en contra de la ley de Dios, no hay buenos resultados, el que roba nunca será feliz, nunca tendrá éxito, de nada le servirá el dinero robado, el que miente tampoco, mucho menos el que mata”.
“Por eso el valor, al no tener miedo, debe de acompañar una vida recta, una vida según el Señor”.
“Nuestra Iglesia, nuestras parroquias, tiene que caminar por estos dos rieles: mucho valor, mucha valentía, no tener miedo, ni avergonzarse de Cristo y por otro lado ajustar nuestra vida a la ley de Dios”.
Finalmente, Mons. Rogelio apuntó: “No podemos ser católicos de doble cara, no podemos aparentar ser cristianos y llevar una vida contraria a lo que Dios quiere, por eso hermanos y hermanos lo que digo para ustedes lo digo también para mí, mucho valor y mucha rectitud, dos cosas que se requieren hoy y siempre”.