Por Debany Valdés
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 12 de diciembre del 2020
Arzobispo de Monterrey – Mons. Rogelio Cabrera López presidió la misa solemne de Santa María de Guadalupe, desde la Basílica y Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en la col. Independencia en Monterrey.
“Es una fiesta de visita, una visita que siempre se hace recíproca, ella viene, nosotros vamos, ella nos saluda, nosotros la alabamos, ella está con nosotros y nosotros queremos estar con ella”.
Pocos minutos después de la 11:00 pm del día viernes 11 de diciembre, dio comienzo la celebración eucarística con motivo de la Solemnidad de la Virgen de Guadalupe.
Por causa de la pandemia, la misa se vivió de una forma totalmente distinta de años anteriores; dentro de la Basílica solamente se encontraban, El Arzobispo, los Sacerdotes concelebrantes, pertenecientes a esta comunidad, el Coro y los miembros de la danza con la que inició la santa misa.
En su mensaje al pueblo, Don Rogelio compartió que aún en medio de cualquier circunstancia “nosotros alabamos al Señor” y se une a las familias que sufren por la enfermedad o que han perdido algún ser querido “todos nuestros sentimientos hoy los presentamos en las manos de la Santísima Virgen María de Guadalupe”.
Así mismo, nos anima a reflexionar el Evangelio y a fijarnos en lo que hace nuestra Madre del cielo:
“La Virgen María hace tres cosas:
Sale presurosa a visitar a su prima, segundo la saluda y por último canta el Magnificat; esta es María de Guadalupe, la mujer siempre dispuesta a ir donde haya alguna necesidad, la mujer que siempre saluda, que siempre desea para bienes, que desea salud para todos sus hijos, pero también ella nos enseña a cantar, agradecer las bondades y la misericordia divina”.
“Ella hizo que la naturaleza cantara, porque brotaron flores y rosas, así es la presencia de la Virgen María, todo lo inunda, todo lo cambia, todo lo embellece, pero también aquellos que la encuentran reciben muchas realidades espirituales”.
“De cuántas maneras San Juan Diego se refiere a la Virgen, le dice mi niña porque quien recibe bendiciones, regresa bendiciones, la bendición siempre tiene ese movimiento; viene de Dios y a Dios regresa, viene de la Virgen María y a ella también regresa la bendición”.
Compartió que desde aquel acontecimiento de 1531, recibimos bendición y nuestro hogar se convierte todos los días en un nuevo Tepeyac:
“La Virgen está en todas partes, porque ella siempre corre y toma la iniciativa, ella va a donde estamos nosotros y eso es razón de bendición y por ello lo que en esta noche podemos regresarle a la Virgen es una bendición, reconocer que ella es feliz, «dichosa tú que has creído»”.
El Arzobispo pidió a Dios su bendición y la intercesión de la Virgen de Guadalupe, por el fin de esta pandemia:
“Para que esta pandemia que ha causado dolor en todo el mundo, pueda pasar, pueda dejarnos tranquilos y así poder vivir en La Paz de su hijo Jesucristo y en la esperanza cristiana”.
Al finalizar la celebración, llegó el Mariachi para entonar las tradicionales Mañanitas a Nuestra Reina de México, Reina del Cielo, Santa María de Guadalupe.
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