Por Debany Valdés
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 9 de noviembre 2020
Hoy dio inicio la 109 Asamblea Plenaria de los Obispos de México de manera virtual; Mons. Rogelio Cabrera López, Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano presidió la misa de apertura desde la Catedral de Monterrey.
“Los Obispos reunidos en oración, en reflexión, discernimiento y búsqueda de las mejores decisiones, queremos poner en manos de Cristo, en la mesa eucarística, todo nuestro caminar de esta semana” dijo inicialmente en su homilía el Arzobispo de Monterrey.
“Somos consientes de que el Obispo no está solo, que el Obispo no se representa a sí mismo, sino que cada Obispo es el ángel de una comunidad; ustedes están con nosotros, están delante y detrás de nosotros”
Aunque la asamblea es particularmente de Obispos, se compartirán algunos momentos con el pueblo en general, por medio de las redes sociales de la CEM.
“Hemos abierto nuestra asamblea para que oren con nosotros, para que reflexionen con nosotros y desde luego para que soñemos una Iglesia cada vez más viva y consecuente con el proyecto de Cristo y podamos soñar con un país, nuestro México, cada vez mejor”.
Entorno a la celebración de hoy, por la dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, la más antigua de toda la Iglesia Católica, Mons. Rogelio compartió:
“Queremos desde esta catedral de Monterrey unirnos a todas las catedrales de México y en torno a la catedral del Papa Francisco, poner esta intención: queremos resaltar en nuestra petición el don de la vida; la vida que es don de Dios pero también tarea de nosotros a cuidar”.
“Asumiendo también la tarea, la corresponsabilidad de cuidar, de velar, de proteger, de acrecentar la vida en nosotros” dijo en nombre de los Obispos.
Así mismo, pidió no olvidar la situación que comparte la humanidad por la pandemia Covid-19, que también vive dolor y tristeza ante tantas pérdidas, violencia, inseguridad, pobreza y hambre.
“Queremos como Obispos unirnos a toda la humanidad, unirnos a nuestro país en este agradecimiento a Dios por el don de la vida, pero asumiendo también la tarea, la corresponsabilidad de cuidar, de velar, de proteger, de acrecentar la vida en nosotros”.
De acuerdo a las Sagradas Escrituras, Don Rogelio compartió la importancia de seguir colaborando en la construcción de la Iglesia: “La Iglesia de Dios es casa de Dios, que la construye el Señor; él es el arquitecto, no hay otro, él es cimiento, no hay otro”.
“Una Iglesia que sea siempre un hogar de puertas abiertas, de acogida, de buenos sentimientos, de nobleza, de amor, de ternura, de misericordia pero esta Iglesia que también se sabe trascendente”.
“Hermanos Obispos, vamos a abrir el oído, a tener despiertos nuestros sentidos para escuchar a nuestro Maestro, a nuestro arquitecto, a nuestro cimiento; esta Iglesia qué hay que construir ahora en nuestro país”.
Don Rogelio pidió “nunca olvidar que el centro es Cristo”.
“Que esta Iglesia sea fiel, camine según el evangelio; que está Iglesia sea bella según el proyecto de Dios”.
“Ustedes son el pueblo de Dios y Cristo sobre todo es el templo por excelencia, su cuerpo que hoy vamos a comer en el altar , que nos santifica, que nos hace crecer, que nos hace tener esperanza y sobre todo que vivir en la caridad como hermanos”.