Ciudad del Vaticano (www.pastoralsiglo21.org) .- 1 de marzo 2018. La salvación del hombre no depende de las fuerzas humanas y será integral no solamente del aspecto interior o espiritual del hombre. Éstas son las afirmaciones que la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe con la aprobación del Papa Francisco ha plasmado en la carta Placuit Deo (Dispuso Dios), sobre algunos aspectos de la salvación cristiana, que se ha publicado hoy jueves 1 de marzo de 2018.
Dos son las tendencias doctrinales que deforman actualmente la auténtica doctrina cristiana sobre la salvación emulando dos antiguas herejías y que el Papa Francisco ha señalado: el neo-pelagianismo y el neo-agnosticismo.
La carta al respecto afirma: “En nuestros tiempos, prolifera una especie de neo-gnosticismo para el cual el individuo, radicalmente autónomo, pretende salvarse a sí mismo, sin reconocer que depende, en lo más profundo de su ser, de Dios y de los demás. La salvación es entonces confiada a las fuerzas del individuo, o las estructuras puramente humanas, incapaces de acoger la novedad del Espíritu de Dios.
Un cierto neo-gnosticismo, por su parte, presenta una salvación meramente interior, encerrada en el subjetivismo, que consiste en elevarse «con el intelecto hasta los misterios de la divinidad desconocida» Se pretende, de esta forma, liberar a la persona del cuerpo y del cosmos material, en los cuales ya no se descubren las huellas de la mano providente del Creador, sino que ve sólo una realidad sin sentido, ajena de la identidad última de la persona, y manipulable de acuerdo con los intereses del hombre”.
Dios en su divina providencia ha dispuesto dones y carismas, gracia y virtud para que el hombre recibiéndolas en su diario vivir pueda ser transformado para realizar cabalmente la voluntad divina que lo conduce a la salvación, por lo cual no existe una completa independencia del hombre para alcanzar la salvación.
De igual manera el misterio de la encarnación de Jesucristo viene a ser uno de los argumentos más contundentes sobre la integralidad de la salvación del hombre, ya que al contemplar este misterio descubrimos que la salvación no sólo acontece para liberar al aspecto espiritual del hombre de su corporeidad como si el cuerpo fuera la cárcel del alma.
Dios nos salva dotándonos de su gracia que transforma y anima cualquier buena acción humana y al mismo tiempo nos salva en cuerpo y alma.
La carta Placuit Deo puede leerse en su integralidad en la siguiente liga: http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/03/01/plac.html
foto: Ecclesia Digital