Por Debany Valdés
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 8 de noviembre 2020
Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey presidió el día de ayer la celebración de la Santa Misa por el eterno descanso del Pbro. Osbaldo Rentería Salinas, desde la parroquia San Pablo Apóstol.
El pasado 5 de noviembre, el Padre Osbaldo Rentería fue llamado a la presencia de Dios, a la edad de 67 años. El día de ayer sus cenizas estuvieron presentes en la última parroquia que le fue encomendada como párroco.
“Vengo como un hermano y cómo un amigo del Padre Osbaldo, ya que entramos con un año de diferencia al seminario, él entró un año antes que yo, pero pues compartimos muchos momentos, muchas experiencias, especialmente una frase compartimos: «la aventura de la fe» dijo Mons. Miranda durante su homilía.
El Padre Roberto Figueroa, vicario Parroquial de San Pablo, también estuvo presente y concelebro esta misa. Durante la homilía, leyó y cantó la letra de la canción con la cual, su amigo y hermano sacerdote, el Padre Osbaldo, ganaría un concurso en los años 90 y que Mons. Miranda recordaba con profundo gusto.
«Porque la fe es arrojarse en alta mar y navegar sin descansar hasta alcanzar lo que deseamos.
Es afrontar lo que vendrá en medio de la tempestad sin esperar seguridad, es luchar contra lo incierto del futuro. Es luchar y en Dios esperar contra lo incierto del futuro».
“Esta canción habla de un futuro que él vivió, entregando su ministerio en las parroquias, en cursillos, en la convivencia sacerdotal, en la entrega por sus hermanos, en la compañía con sus hermanos y simplemente envuelve toda una vida sacerdotal preciosa, como la que tuvo nuestro querido hermano Osbaldo” dijo Mons. Alfonso Miranda.
“Yo guardo una idea hermosa del Padre Osbaldo, para mi fue un sacerdote hermoso, bueno, bello en su acción pastoral y en su forma de entregar su vida. Su muerte repentina si nos duele, y para quien estuvo con él, en el ministerio, en la formación, pues si nos deja un vacío; un compañero que se va, un colega, un hermano, un amigo”.
Así mismo, recordó qué se siente motivado a redoblar esfuerzos en su ministerio, pues en plena confianza sabe que el Pbro. Osbaldo cumplió con la ilusión que cualquier sacerdote puede tener: “Para un sacerdote no hay ningún otro deseo, más que poder servir a quien Dios me encomienda, a quien Dios me acerca y terminar nuestros días siendo sacerdote, siendo ministro del Señor”.
Mons. Miranda también hizo una invitación a los jóvenes y profesionistas que sienten el llamado del Señor:
“Hago un llamado para los jóvenes para que sientan también esta invitación de parte de Dios, y que como Osbaldo también decidan dar un paso, siendo jóvenes, preparatorianos, universitarios o ya profesionistas, si sienten este llamado, se lancen también a correr el riesgo, a apostar la vida en esta hermosa aventura de la fe”.
Que descanse en paz el Pbro. Osbaldo Rentería Salinas.