Por: Andrea Lugo
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 14 de noviembre del 2021
“En nuestra Arquidiócesis celebramos esta V Jornada con un sentido de gratitud a Dios, el Padre de los pobres que nos nos abandona y se hace presente a través de tantas almas generosas”
En torno a la celebración de la V Jornada Mundial de los Pobres, el Arzobispo de Monterrey recordó en su mensaje dominical la invitación del Papa Francisco desde el inicio de su pontificado: “No olvidar a los hermanos y hermanas que por diferentes circunstancias de la vida, no tienen los recursos suficientes para poder desarrollar su vida como es debido” y a su vez agradeció el apoyo de todos los que han colaborado con esta acción en la Arquidiócesis de Monterrey.
“Esta noble tarea nos convoca a todos, independientemente de la religión que profesemos, involucrarnos verdaderamente en los esfuerzos que se realizan para erradicar la pobreza extrema en la que viven miles de hermanos y hermanas en todos los rincones de la Tierra y aquí en México nuestro país”
“La finalidad de esta Jornada es dedicar un momento especial para que juntos reflexionemos en la necesidad de no permanecer indiferentes ante esta realidad que a todos nos confronta.”
“En su mensaje para esta V Jornada, el Papa Francisco hace referencia al Evangelio de San Marcos, donde se narra el momento en que una mujer entró con un frasco de perfume muy valioso y lo derramó sobre la cabeza de Jesús. Este gesto es una bella expresión de reconocimiento de que Jesús, el hijo de Dios se ha encarnado en la pobreza, así mismo es un gesto de amor y gratitud. No olvidemos que el amor auténtico no calcula, no mide, no repara en gastos, no pone barreras sino que sabe donar con alegría, busca solamente el bien del otro.”
Mons. Rogelio agradeció a las personas e instituciones que con sus generosas muestras de caridad han apoyado a las casas para migrantes en estos últimos meses ante la llegada de nuestros hermanos haitianos.
Resaltó la acción Pastoral realizada por las instituciones de nuestra diócesis: Caritas de Monterrey, Pastoral Juvenil y la Cocina Comunitaria “Cocinando de Corazón a Corazón” y las distintas parroquias que han creado nuevas estrategias de apoyo para llegar a las familias que más lo necesitan.
Agradeció especialmente a lo jóvenes, que impulsados por el Espíritu Santo no han puesto límites al servicio caritativo, haciendo posible en medio de lo más fuerte de la pandemia y con todas las medidas de prevención, que la ayuda siga llegando a las familias necesitadas al igual que la Cocina Comunitaria “Cocinando de corazón a corazón” que seguirá distribuyendo alimentos a las zonas más marginadas, donde se unen los esfuerzos de familias, sacerdotes, laicos, empresarios y comerciantes que colaboran con los insumos.
También envío un mensaje de gratitud a los miembros de la vida consagrada y destacó su gran labor, ya que tampoco han detenidos sus esfuerzos atendiendo a comunidades marginadas y vulnerables.
“Actualmente estamos impulsando un proyecto llamado Unidad Pastoral Topo Chico, coordinado por nuestro Obispo Auxiliar Mons. Juan Carlos Arcq, el trabajo que se realiza engloba por el momento a 10 comunidades parroquiales de la franja del Cerro del Topo Chico, recibiendo el apoyo de diversas asociaciones que trabajan en conjunto con el Secretariado de Pastoral Social para buscar la reconstrucción del tejido eclesial y social mirando con misericordia a quienes sufren por la violencia, las adicciones, la desintegración familiar, los conflictos entre vecinos a fin de encontrar los mecanismos y herramientas adecuadas para hacer frente a estos problemas desde las parroquias”.
Destacó la implementación del programa llamado “Integrum” que el Secretariado de Pastoral Social ha desarrollado en la colonia La Isla, en Escobedo, para atender las importantes necesidades de la comunidad.
Hizo público su gran reconocimiento a todos los voluntarios que han donado su tiempo y esfuerzo para mitigar el dolor y el sufrimiento de tantos hermanos y hermanas, viendo en ellos el rostro de Cristo sufriente.
Mons. Rogelio realizó una invitación a que en esta Jornada Mundial por los Pobres, agradecidos con Dios, que nos ha manifestado su amor en la generosidad de todos los miembros de esta gran Iglesia y nos conceda la gracia de vivir la docilidad para salir al encuentro de los más necesitados en lo material y en lo espiritual.
Finalizó gradeciendo y pidiendo oración para que pueda continuar con su tarea como presidente de la CEM.