Monterrey, N. L. (www.pastoralsiglo21.org) 15 de agosto del 2017.- La cita para las ordenaciones de agosto se cumplió esta tarde en la Basílica de Guadalupe, en donde fueron ordenados siete nuevos sacerdotes para la Iglesia de Monterrey.
La misa de ordenaciones fue presidida por Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey, y concelebrada por cinco obispos y varios sacerdotes.
Los nuevos sacerdotes son: Édgar Eduardo Alvarado González, Adrián Marcelo Halún Cavazos, Carlos Nicolás Gómez Muñiz, Reynaldo Lázaro Arriaga, Pedro Mora Oviedo, Roberto Van Troi Ramírez Garza y Ángel Josué Loredo García.
En la fiesta de la Asunción de la Virgen María, las lecturas se centraron en la figura de la Madre de Dios, y posteriormente se les pidió a los neosacerdotes que se acercaran al altar de espaldas al pueblo de Dios. Se pasó lista y el rector del Seminario solicitó al Arzobispo, a nombre de la Iglesia la ordenación de los hermanos asegurando haberlos encontrado dignos de recibir el segundo grado del orden sacerdotal.
Luego de la homilía, prometieron obediencia y respeto a su obispo y a sus sucesores.
Mons. Rogelio les dijo a cada uno la fórmula: “Que Dios mismo lleve a término esta obra buena que en ti ha comenzado”.
Siguieron las letanías de los santos, las imposiciones de manos de parte del Sr. Arzobispo y de todos los sacerdotes presentes. Se revistieron con la estola signo de la gracia sacerdotal y de la casulla, signo de que el sacerdote se hace uno con la Iglesia. Revestidos, fueron aplaudidos por el pueblo de Dios y procedieron a felicitarse mediante un abrazo.
Después fueron ungidos en las manos con el Santo Crisma, para que sus manos sean extensión de las mismas manos de Cristo. Recibieron la patena con las hostias y el cáliz, ofrenda del pueblo para presentarla a Dios.
“Adviertan bien lo que van a realizar, imiten lo que tendrán en sus manos y configuren toda su vida con el misterio de la cruz del Señor”, les dijo Mons. Rogelio y posteriormente los acogió como miembros de su ministerio, abrazó a cada uno y les besó las manos.
Para terminar, el padre Reynaldo Lázaro Arriaga dio las palabras de agradecimiento.
“Gracias a Dios por poner su mirada en nosotros, por salir a nuestro encuentro, gracias a la Virgen, a las familias, a los compañeros del Seminario, al presbiterio de Monterrey, al equipo formador del Seminario y a nuestro Arzobispo”, dijo.
“Comparto con alegría que el momento en el que voltee a ver al pueblo de Dios pude ver ese amor y cariño que tienen a Dios y que quieren ver a Cristo en nosotros y así también queremos encontrar a Cristo en ustedes, gracias a las comunidades de origen de cada uno y que Dios sea su mayor recompensa”.
Mons. Heriberto Cavazos, obispo auxiliar de Monterrey, les dirigió unas palabras a los nuevos sacerdotes, llamándolos por su nombre:
“Gracias por permitirnos disfrutar este signo de la presencia de nuestro Padre. El presbiterio los recibe como pastores misericordiosos, humildes, alegres y de buen humor con el auxilio del Espíritu Santo, de Nuestra Madre y el apoyo de la comunidad, sean bienvenidos. Siéntanse en familia, pero como en toda familia, también hay problemas. Cuentan con nosotros, Dios los bendiga”.
Al final de la misa, los padres de cada nuevo sacerdote recibieron una cruz diseñada por Efrén Ordoñez.
Por Rocío Díaz