Por Juan Pablo Rodríguez Vázquez
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 25 de marzo del 2021
El Secretariado de Pastoral Litúrgica, ha compartido con los miembros de la Arquidiócesis de Monterrey una sencilla, pero importante guía en torno a “lo que debemos evitar o de plano no hacer” durante la Semana Santa a causa de la pandemia., esto con fundamento en indicaciones de la Congregación del Culto Divino.
DOMINGO DE RAMOS
Se pide suprimir la forma I que conlleva la procesión y aspersión de agua bendita. Se sugiere la entrada solemne (formulario II) en la puerta principal con bendición (sin agua) de las palmas y lectura de la entrada mesiánica (Ciclo B). La lectura del Evangelio puede usarse la breve y manteniendo la debida distancia de los lectores. Todo lo demás transcurre como de costumbre principalmente con la comunión en la mano y el uso de cubrebocas, gel previo a la comunión y después de ella. FAVOR DE NO ROCIAR LOS RAMOS CON AGUA BENDITA.
JUEVES SANTO
La misa como de costumbre, se suprime el lavatorio de los pies, por lo tanto. también de los llamados “apóstoles”. Se suprime, además, el traslado solemne del Santísimo Sacramento, así como la Vigilia de Oración. La Reserva del Santísimo Sacramento la puede hacer el que preside después de la Oración Post-comunión. Inclusive después de la bendición. Pidiéndole a la Asamblea que permanezca en su lugar mientras se hace el traslado. Se puede distribuir de manera higiénica (embolsado) el pan previamente bendecido y sin aspersión de agua bendita. La Visita de los Siete Templos se podrá tener respetando el aforo permitido, las medidas sanitarias y que la permanencia en el lugar sea breve.
VIERNES SANTO
Se suprimen los eventos que congreguen a un número notorio de fieles como Viacrucis, Procesión del Silencio, Adoración de la Cruz. Las Siete Palabras y el Sermón del Pésame, cuidando el aforo permitido y las normas de higiene. Se suprime la postración inicial a menos de que se garantice la limpieza del piso o tapete. La lectura del Evangelio puede usarse la breve y manteniendo la debida distancia de los lectores (recuerden sanitizar los micrófonos). La develación del “Cristo” se hace en el presbiterio y para su veneración basta una leve inclinación de la cabeza para los laicos y una profunda para los ministros sagrados. Para la comunión se siguen las normas ya descritas.
SÁBADO SANTO
Se suprime el lucernario (todo) El cirio deberá estar en su pedestal en el santuario y bastaría ser solo encendido directamente. Aunque no lo prescribe, podría hacerse la bendición del cirio sin tener el fuego nuevo. Un grupo de fieles puede con mucha distancia encender velas del cirio para llevar la luz a la orilla de las bancas. El Pregón se recita. Las lecturas pueden utilizarse el esquema breve (primera, tercera, epístola, etc.) La liturgia bautismal es preferible no hacerla por la presencia de los niños y el alargamiento de la celebración (recuerden que se nos pide no tener por mucho tiempo a los fieles dentro de un espacio cerrado, aun cuando este sea un templo). La renovación de las promesas bautismales que incluyen la bendición de la fuente bautismal puede hacerse, pero no hacer la aspersión. En cambio, los cada uno de los fieles puede tener un botecito con agua para que en ese momento sea bendecido junto con el agua de la pila bautismal y que el celebrante principal indique cuando CADA QUIEN se rocié con agua a sí mismo. La comunión sigue las normas y precauciones ya conocida. El acostumbrado “ágape” después de la misa se suprime.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Se suprime la aspersión con agua bendita.
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