Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 10 de diciembre del 2020
“Vengo a nombrar al padre Noél párroco de su comunidad”, señaló el Arzobispo de Monterrey al presidir la Santa Misa en la comunidad de Cristo Obrero, “y recordar que, la parroquia se parece a la misión de la Santísima Virgen María, engendrar a Cristo en cada corazón”.
“Hay tres maneras de hacerlo entre muchas: la primera es la proclamación de la Palabra de Dios; la Palabra que se hace Carne, la tarea del párroco es siempre transmitir al pueblo la Palabra, semilla de vida, en la homilía en la catequesis, en el diálogo interpersonal, donde quiera que se mueve el párroco es proclamador, mensajero de la Palabra de Dios”.
“La segunda manera como vive la parroquia su maternidad es la Eucaristía; el alimento de vida eterna, es lo que nos regala nuestra mamá, el alimento, somos alimentados en su pecho, y la Iglesia quiere también como madre, darnos el alimento”.
“La tercera forma de vivir esta maternidad de la parroquia, es promoviendo la fraternidad entre ustedes; es lo que hace nuestra mamá, lima las asperezas que tenemos entre hermanos para que vivamos entorno al hogar, la mamá conjunta los corazones, hace un ramillete espiritual con los corazones de los hijos y la parroquia esta para eso, para promover la unidad de la comunidad”.
Monseñor Rogelio señaló que, el sacerdote debe de ser otro Cristo, parecerse a Jesús, con los rasgos característicos de la mansedumbre y la humildad.
Finalmente, invitó al padre Noel, ser como Juan Diego, “aprendiendo el lenguaje de la ternura, de amor de corresponsabilidad con la Virgen María”.