Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 21 de enero 2020. El pasado domingo, el Arzobispo de Monterrey, Mons. Rogelio Cabrera López, consagró en el municipio de Apodaca, un templo dedicado el Padre Celestial.
“Este domingo que vengo a consagrar esta Iglesia, a decirle a Dios que esta es su casa, que esta es nuestra casa, porque la casa de Dios, es la casa del pueblo, la casa del pueblo es siempre casa de Dios”, apuntó el Arzobispo.
“Él ha querido construirnos una gran casa, el mundo, la casa común con toda su belleza y su grandeza, de tal manera como dice el apóstol Pablo quien mirando la creación tiene que descubrir al creador”.
“Pero no solo nos dio el gran regalo de la creación, nos dio un regalo superlativo, muy grande, a su Hijo Jesucristo, por eso la Iglesia nunca termina de darle gracias al Padre Celestial por habernos regalado a su hijo, por haber querido que fuera igual a nosotros”.
“La parroquia, la Iglesia, la pequeña comunidad, esta al servicio de Jesús, aquel que quita el pecado del mundo, el Cordero de Dios. Cristo vino al mundo no solo por los católicos y los creyentes, por aquellos que son sus discípulos, sino por toda la humanidad”.