Celebración del Jueves Santo
#SemanaSanta2017
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org) 13 de abril 2017. El Arzobispo de Monterrey presidió la Misa de la Cena del Señor en la Catedral Metropolitana de Monterrey.
Durante su mensaje a los fieles Mons. Rogelio dijo que la Iglesia cuida no solamente los ritos, las rubricas, sino cuida siempre el sentido espiritual de la Eucaristía.
“La Eucaristía es la Pascua del Señor, es memorial de lo que Dios hace y ha hecho por su pueblo y por eso nos pide una actitud, coman de prisa, porque es el paso del Señor”.
Además, el Arzobispo de Monterrey apuntó que “la Eucaristía que tiene muchas cosas parecidas a un banquete, sin embargo también el Señor pone algunas diferencias, cuando vamos a un banquete pasamos muchas horas sentados, disfrutando de la fiesta, pero Cristo siguiendo la enseñanza de la Tora, también tiene prisa, es la celebración de la prisa, de los que saben que deben de caminar, que no pueden estacionarse, que tienen hacer esto para llevar adelante para la misión del Señor”.
“No pueden los cristianos, quedarnos cómodamente sentados cuando tienen la tarea de hacer presente el amor de Cristo”, añadió.
Mons. Rogelio señaló que la Eucaristía nos recuerda que todos tenemos una misma dignidad y valor como personas: “En la Misa todos se reconocen iguales, todos son hermanos, es el único banquete en el que no hay servidores y comensales, Cristo en la noche de Pascua así lo demostró, Él estaba sentado y se levantó a servir, el invierte los papeles. Aunque el sacerdote preside la Eucaristía no lo hace superior a los fieles”.
Este año, el Arzobispo de Monterrey lavó los pies a jóvenes de la Pastoral Juvenil y durante la homilía señaló al respecto: “Hoy lavaremos los pies a estos jóvenes muchachas y muchachos escogidos de diversos puntos de la Metrópoli, queremos en ellos significar el deber que tiene la sociedad que tiene la Iglesia de servir a los jóvenes, tenemos esta misión muy importante darle el lugar que le corresponde a los jóvenes en nuestra ciudad, en los proyectos ciudadanos y en la Iglesia”.
Por. Juan Pablo Vázquez Rodríguez