Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 6 de febrero 2020. La comunidad de San Felipe de Jesús, celebró su fiesta patronal y contaron con la presencia de Mons. Rogelio Cabrera, quien presidió la Santa Misa y quien compartió su reflexión en torno al primer santo mexicano canonizado.
Hay un hecho impresionante en la vida de San Felipe de Jesús, él en su calidad de naufrago, porque en el barco que venían por la tormenta se daño y fueron a dar a las playas de Japón, por su calidad de naufrago no lo debían de haberlo matado, por un respeto de humanidad, sin embargo él decide, sin duda por una gracia de Dios, unirse a los demás cristianos que están a punto de ser martirizados
“Sin duda que San Felipe, entra en esa aventura de la fe, al aceptar solidariamente manifestar ante aquellos perseguidores su cercanía Jesús, su cercanía a sus hermanos creyentes, por que la fe es siempre una aventura, tu no sabes hasta donde llega, tu no eres dueño de lo que viene por delante”.
“Un discípulo de Jesús sabe nada más que siempre tiene que partir, pero no sabe a donde va a llegar, no domina el futuro, lo pone en las manos de Dios, y así Felipe hace esa aventura vocacional, esa aventura de la fe”.
“El pone su voluntad, el pone en Dios su confianza, todo lo demás viene de parte del Señor, en esa prueba que Dios hace a sus elegidos”.
“Vamos a llevarnos en el corazón, esas palabras que hemos oído hoy de la Palabra del Señor: los probó como oro en el crisol, llevamos un tesoro en vasijas de barro, el que quiera conservar su vida la perderá”
Finamente, invitó a los fieles a pedir la intercesión de San Felipe, para que nos ayude en los retos de todos los días.