Misa dominical santo Tomás Moro
28 de octubre de 2018
Estimadas hermanas, estimados hermanos, hermanos sacerdotes. Con mucho gusto he venido a visitarlos, voy recorriendo el municipio de Guadalupe, hace unos días estuve en la ciudad de los niños.
Lo importante es que estoy aquí con ustedes, vengo a celebrar, a meditar con ustedes, pedirle a Dios por las necesidades de cada uno de ustedes. Como este ciego del Evangelio que se puso a caminar detrás de Jesús, después de haber recuperado la vista.
Dios nos ha hecho muchos regalos entre ellos 5 muy especiales, nuestros 5 sentidos para comunicarnos con los demás, unos más importantes que los otros, por ejemplo el oído y el ver, tal vez los otros no dan tanta dificultad.
La vista y el oído son muy importantes, les tengo que decir que la persona humana es tan grande y luchadora, que a pesar que le falten alguno de estos sentidos o los dos puede salir adelante.
Por ejemplo tenemos en nuestra parroquias a los que a través de señas trasmiten el Evangelio. Los que no ven pueden oír, pero cuando faltan los dos no pueden ver ni oír. Hay historias de personas que a pesar de las dificultades pueden salir adelante.
Estaba leyendo de una mujer que se graduó en Harvard sin ver ni oír o Helen Keller que sin ver ni oír se convirtió en una gran escritora. El ser humano puede superar sus límites, pero no deja de ser una dificultad.
Jesús conoció todas las limitaciones de las personas, lo dijo el autor de la carta a los Hebreos. El Señor se encontró con un ciego, Bar Timeo, él sí oía, porque se da cuenta que va Jesús al oír.
No lo ve pero lo oye, le grita “Señor sálvame” Jesús siempre quiere que la gente le diga lo que necesita, por supuesto que si estaba ciego y si Jesús lo ve ciego, está por demás que le pregunte, le pregunta porque Jesús quiere escuchar las necesidades de cada uno.
Él sabe nuestras necesidades pero como al ciego, nos pide tomar la palabra. Nos hace mucho bien decir las cosas, como en la psicología donde la logoterapia, que sostiene que tú te curas diciendo las cosas que te pasan.
Hoy se clausuró el sínodo de los obispos por los jóvenes, cuál fue la palabra más repetida en el sínodo, “escucha, escuchar”.
De la pregunta de Jesús, ¿qué quieres que haga por ti? Es donde comienza un cambio, el ciego está seguro que Jesús tiene poder.
El ciego recobró la vista y se puso a gritar detrás de Jesús, el poder ver tiene muchos beneficios, uno de ellos es poder caminar, el que está ciego puede tropezar, ahora hay unos bastones para guiarse a través del sonido. Pero la vista, entre muchas cosas, nos sirve para caminar.
Uno puede ver donde camina, cuando alguien está ciego, es como andar de noche, no puede caminar, este ciego, después de ser curado, pudo caminar.
Por qué San Marcos nos cuenta esta historia, porque quiere decirnos que tú y yo nos parecemos al ciego, vemos, pero como si no viéramos, oímos pero no entendemos, en una ocasión los Apóstoles le preguntaron a Jesús, por qué hablas en parábolas, a lo que les responde, “hay muchos que oyendo no entienden y viendo no ven”.
Que importante es ver y oír, pero ver bien con claridad, ver lo qué hay que ver y Dios nos regaló estos bellos sentidos, para verlo a él, para oírlo a él y seguirlo.
Vamos a pedirle la gracia que hoy le concedió a Bar timeo, entender lo que él quiere para nosotros, no podemos olvidar a los que por alguna limitaciones física, lucha y caminan hacia adelante, por nosotros para que nos ilumine.
Dios los bendiga y vamos a pedirle al Señor esta gracia, como Bar timeo “Señor, sálvame”.