Fiesta patronal nuestra Señora de Loreto, Pesquería, N.L. / 10 de diciembre del 2017
Estimadas hermanas y hermanos: este domingo celebramos el segundo de Adviento y ahora nos ha tocado celebrar a nuestra Señora de Loreto, su santa patrona.
Loreto evoca algo muy bonito, la casa de Nazaret. ¿Quién no aprecia su casa? Todos recordamos el lugar donde nacimos, donde pasamos nuestra infancia. Tenemos la casa de Nazaret, el hogar de María, de José y del Niño Jesús.
En esa casa ocurrieron tantas cosas, unas muy naturales y normales. Ahí se convivió, se compartió el pan; ahí se escucharon las Escrituras, ahí María y José oraron con su Hijo, ahí Jesús aprendió a ser un buen carpintero, a ganar el pan con el sudor de su frente. Nazaret es un lugar de bendiciones, es un lugar santísimo.
Hoy la Palabra de Dios nos habló acerca del camino. Dice Juan Bautista, “preparen el camino al Salvador” (cfr. Mc 1,1-8). ¿Dónde se preparan los caminos? En el hogar, en la casa. Ahí los hijos conocen y se preparan para caminar, ahí aprenden los caminos rectos, caminos de conversión, caminos de Dios.
Aprovechando esta fiesta de nuestra Señora de Loreto, nuestra Señora de la casita de Nazaret, quiero invitarles a ustedes, miembros de esta comunidad, a valorar el hogar de María, pero también su propio hogar. Como Nazaret fue lugar para preparar el camino de Jesús, así sus hogares, tienen que ser hogares de libertad donde se prepara el camino de la vida.
En Nazaret se preparó el camino muy especial, el Via Crucis, el camino de la Cruz, que culminará en la crucifixión del Señor. No podemos mirar este final si no lo referimos a Nazaret. Por eso, en la Cruz dice “INRI”, Jesús Nazareno Rey de los judíos.
Para la gente Él es el nazareno, el que vive en la casa de Nazaret. Aunque “nazareno” tiene otro significado: “nazir”, es decir, el que está consagrado a Dios. Pero en el caso de Jesús sabemos que se refiere a Nazaret. Por eso la Cruz, su crucifixión, tiene que ver con Nazaret, con esa casa de María en el que Él se prepara para evangelizar, para caminar en la Cruz.
La vocación de una persona nace y crece en el hogar, junto a los papás. Ahí se preparan los caminos de los hijos. Dice el profeta, “preparen el camino del Señor”. Vamos a preparar el camino, que viene el Señor. Pero también que vamos al Señor. El camino también es para personas que se aman, que se buscan.
Que la Virgen de Loreto nos ayude a vivir las bendiciones de un hogar, a preparar nuestros caminos para que camine y venga a nosotros el Señor. Que el Señor bendiga a todos ustedes, que sus hogares sean como el hogar de Nazaret, un lugar donde se prepara los caminos: el camino hacia Dios y el camino de la venida del Señor.