Por Debany Valdés
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 30 de junio 2020
Los Obispos mexicanos a través de un mensaje titulado “Abrazar a nuestro pueblo en su dolor” firmado en la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, nos invitan a mantenernos unidos, procurando el bienestar común para poder superar los desafíos a los que nos enfrentamos, cumpliendo la voluntad de Dios.
“Con esta certeza de fe en el corazón, compartimos con sencillez, nuestra palabra profética y esperanzadora” dicta La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), ante la compleja realidad que se vive en esta pandemia y buscan brindar “abrazos” de manera simbólica a enfermos y vulnerables; pobres y desamparados; a quienes sufren a causa de la violencia; a la cultura democrática; a la comunidad educativa y al pueblo de Dios.
Consideran debe de reconocerse ampliamente el trabajo y esfuerzo de familias, agentes sanitarios y de modo especial mujeres que han llevado a cabo estas tareas, hasta el borde de dar la vida por enfermos y vulnerables por covid-19; ante las carencias en materia de salud que han sido totalmente evidentes, las cuales deben buscar como ser superadas con políticas publicas apropiadas.
Es importante que las autoridades civiles brinden con responsabilidad y sin ninguna restricción información sólida y transparente de lo que ocurre en esta pandemia “Por lo que será oportuno que la aplicación de pruebas sea amplia, constante y expedita” buscando promover el bien común y certidumbre al pueblo que se encuentra desconcertado.
“¡No están solos! Como pastores hacemos un llamado a la solidaridad y a poner aquello poco que tenemos, nuestros cinco panes y dos peces que el Señor hará multiplicar (cfr.Mc 6,41)”, señalan.
Como pastores convocan de manera urgente a todos los sectores competentes gobierno, empresarios y sociedad; busquemos generar condiciones que modifiquen el complicado escenario por el que estamos pasando, ante la suspensión de actividades productivas que dañan el empleo e ingreso de millones de hermanos que experimentan la carencia de recursos económicos para subsistir.
Nadie puede quedar marginado en rescate por esta pandemia, por ello exhortan a que con la misma fuerza se apoye a los que menos tienen, pueblos originarios y población migrante.
Es evidente que la violencia es la única que no ha estado en cuarentena; “A quienes hacen el mal, despreciando a sus hermanos, no nos cansaremos de exhortarlos al arrepentimiento, al cambio de vida y a la reconciliación. Así mismo, ofrecemos nuestra oración por tantos hermanos y hermanas que sufren o que han fallecido a causa de la violencia” dejan por escrito los obispos y piden que por obligación del Estado hagan “efectiva la justicia”.
La actual situación nos desafía en general a crecer en empatía y compasión para con todos, “incluyendo a los afectados del último temblor del 23 de junio”, mencionaron.
El Señor nos invita a que en medio de la tormenta, despertemos y activemos la solidaridad y la esperanza.
En 2021 los procesos electorales darán inicio y ante ello la Iglesia llama “al pueblo de México y a todos los actores políticos y sociales responsables, para que se fortalezcan las instituciones autónomas del Estado, en especial el Instituto Nacional Electoral”, para evitar que por ningún motivo se repita la manipulación de procesos democráticos que de forma dolorosa caracterizan a nuestro país.
“Exhortamos a eliminar todo discurso que promueva el odio, la división, la exclusión y que ahonde en la separación, fragmentación y rencor social”, refieren los obispos en este abrazo para la cultura democrática y el bien común, ante un país que enfrenta grandes retos y consideran que solo podremos salir adelante en unión, solidaridad, paz y amor.
“Como Iglesia profesamos un profundo respeto por las opciones sociales y políticas que los mexicanos libremente eligen”, comentan nuestros Pastores, quienes motivan de manera pacífica, ordenada y responsable a la participación ciudadana, bien informada y crítica semejante a la Doctrina social de la Iglesia.
En el sector educativo, se reconoce a familias, maestros y directivos por su admirable esfuerzo en estos tiempos difíciles, pero señalan que ha sido evidente que en los últimos meses El Sistema Educativo Nacional manifiesta grandes carencias y desigualdades. Por ello los obispos refieren que “es fundamental para el regreso a la nueva normalidad escolar, el apoyo decidido y concreto en la reestructuración de espacios, herramientas, métodos educativos y acuerdos entre los agentes de las distintas comunidades del País”.
Como Pastores deciden abrazar a todo el Pueblo de Dios, convencidos de efectuar “espacios de encuentro, diálogo, y consensos sociales, económicos y políticos”, buscando que toda la sociedad en su respectiva misión cumplamos con el compromiso de cuidar “nuestra casa común”.
Por último, todos los obispos de México, manifiestan que como Iglesia Peregrina “la Esperanza es nuestra certeza y nuestro camino”, y acogidos en los brazos de nuestra Madre, la Santísima Virgen de Guadalupe podremos cumplir el anhelo de Jesús, “ser uno, como Él y el Padre son uno (cfr. Jn 17, 21)”.