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Misa exequial mamá del Padre Carlos a la Torre

Misa exequial de la Sra. Leonarda Crispín Arredondo, mamá del Padre Jesús Carlos a la Torre Crispín – 17 de junio de 2017

Estimadas hermanas y hermanos, les agradezco por estar aquí, de modo especial al Padre Carlos, hijo de la señora Leonarda. Me uno a sus sentimientos, yo sé que ninguna palabra puede recuperar lo que humanamente se pierde, pero yo les invito a oír a Dios que habla, Él siempre tiene la razón, pero hay que pedirle que lo podamos entender, que lo podamos amar.

Cuando uno pierde a su mamá hay un vacío muy profundo, por muchas razones. La primera, porque cada uno de lo hijos fue una sola carne con su mamá, hay un vínculo que nada lo puede romper, pero también el afecto, el cariño, los cuidados, la cercanía. Cuando muere mi mamá, también era ya mayor, y entendí que el sentido de orfandad nunca desaparece, porque la mamá ha sido parte de uno y uno ha sido parte de ella. Por eso me uno a ustedes los hijos en este sentimiento, pero quiero animarlos a sentir todo desde la fe en Nuestro Señor Jesucristo, y Dios nos pide algo que humanamente no podemos dar.

Hoy decía el Señor “alégrense y regocíjense en el Señor”. Parece contradictorio, cuando uno está triste y que le digan “ánimo, alégrate”, puede ser hasta una palabra fuera de lugar, pero si la dice Dios, si la dice el Señor, es porque hay otro punto de vista y es el de Dios. Cuando Cristo estaba entre nosotros hizo una promesa “en la casa de mi Padre hay mucho lugar”, gracias a Dios que todos tenemos un lugar con Él; le dijo Jesús a Marta y a María cuando murió su hermano Lázaro “yo soy la Resurrección y la vida, aunque haya muerto vivirá”, esa es la certeza que el Señor nos da con su Palabra.

Y por eso en esta Misa Dios ofrece dos regalos que les invito aceptar: a nuestra hermana Leonarda le da el regalo del cielo, hay que estar contentos con este regalo; pero también hay un regalo para nosotros, el regalo de la fe, el de la esperanza y la caridad. Cuando oramos por nuestros difuntos el Señor nos da ese regalo, aunque no lo pidamos, pero hoy lo vamos a pedir: la fe en Jesucristo, hoy el señor quiere fortalecer nuestra fe en el Señor; también la esperanza, pedirle al Señor que todos los que estamos aquí creamos en el cielo, esperemos el cielo, porque Dios en su infinita sabiduría ha querido que todos estemos una temporada en la tierra, algunos muy breve, otros más tiempo, y otros durante más tiempo, pero tenemos un destino común, y hay que pedirle al Señor la esperanza en el cielo; la otra virtud, la de la caridad, ¿qué es lo que más le gusta a una mamá? que sus hijos se quieran, se amen, se ayuden, que  los más fuertes ayuden a los más débiles, ese es el deseo de una mamá y Dios regala el don de la caridad

Que Dios los bendiga a todos y que estos dos regalos que nos da el Señor los recibamos con buena voluntad. Dios va arreglando nuestro corazón aunque aveces le preguntemos por qué y no nos gusten sus razones, poco a poco va haciéndonos entender que este es el regalo de la vida. Pidan mucho por mi que tengo la misión de animarlos en la fe, yo pido por ustedes; pidan también por el Padre Carlo que está enfermo, Dios le ha dado muchos años de sufrimiento, vamos a pedirle a Dios por todos sin excepción, porque cada uno lleva algo cargando, y vamos a pedirle que nos ayude y ustedes, que son amigos, recen mucho por ella y recen mucho por nuestro mundo, para que todos volvamos a Dios y pensemos en el cielo, y sobre todo, para que nos tratemos con caridad  y respeto.

 

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