Docenario de la virgen de Guadalupe, Buena Vista, Allende
10 de diciembre de 2018
Estimadas hermanas, estimados hermanos, estimada señora presidenta municipal, hermanos sacerdotes, hermano diácono.
Con mucho gusto he venido a celebrar estas fiestas de la virgen de Guadalupe, cómo Dios quiso que ocurriera en el tiempo litúrgico del adviento, tiempo en el que la virgen se prepara para dar luz a su Hijo.
Apenas celebramos su inmaculada Concepción y ya estamos cerca de Guadalupe.
El mensaje de nuestra señora de Guadalupe es el mensaje del adviento, mensaje de esperanza y buen ánimo. Eso fue lo que la virgen María quiso decirle a nuestro México.
Qué es la esperanza, es cree en lo que parece imposible, por eso el profeta anuncia cosas que parecen un sueño, que el desierto tenga árboles y flores, ríos con agua viva, que un ciego pueda ver, eso es esperanza, algo imposible.
Pero también, eso que parece imposible ocurrió en el Tepeyac, en pleno invierno, San Juan Diego recoge rosas, imposible que en el invierno haya rosas, ocurre lo anunciado por el profeta.
La esperanza es siempre activa, todos los hombres y mujeres que han tenido esperanza se han puesto a trabajar, Dios actúa pero exige de nosotros corresponsabilidad.
Oímos el santo Evangelio de ese paralítico que fue curado por Jesús, gracias a sus amigos que lo descolgaron por el techo, porque no podían pasar por la multitud, son los hombres que tiene fe, que tiene esperanza.
Porque tener esperanza es creer que Dios lo puede todo, el que no cree en que Dios puede todo, en qué puede tener esperanza.
El poder de Dios aparece en Jesús.
Ustedes han venido a agradecer a la virgen, su ternura y esperanza ella nos enseña a creer en lo que es imposible, a no desanimarnos, porque sabemos que Dios puede actuar, siempre la esperanza es activa y dinámica y exige corresponsabilidad.
Vamos a pedir al Señor por su comunidad, por este municipio de Allende, para que sepan trabajar por lo imposible.
Así tenemos que ser los creyentes, buenos soñadores y buenos trabajadores para esperar con buen ánimo que Dios actúa.