arquidiocesis-logotipoarquidiocesis-logotipoarquidiocesis-logotipoarquidiocesis-logotipo
  • Inicio
  • La arquidiócesis
    • Historia
    • Arzobispo
    • Obispos Auxiliares
    • Planeación Pastoral
    • Patrona de Monterrey
    • Causas de Canonización
    • Provincia eclesiástica
    • Obituario
  • Gobierno
    • Curia
    • Gobierno Pastoral
    • Actividad Pastoral
  • Directorio
    • Presbiteros
    • Parroquias
    • Diáconos Permanentes
    • Diáconos transitorios
    • Adoración Perpetua
    • Hospitales con capellanías
    • Nichos Parroquiales
    • Otros
      • Zonas-Decanatos
      • Vida consagrada
      • Prelatura personal
      • Movimientos laicales
      • Centros Asistenciales
      • Casas de retiro
      • Colegios católicos
  • Noticias
    • Todas
    • Arquidiócesis
    • Internacional
    • Nacional
    • Vaticano
    • Artículos
  • Seminario
  • Catedral
    • Historia
    • Áreas
    • Capilla del Sagrario
    • Exterior
    • Interior
    • Altar Mayor
  • Archivo
    • Documentos
    • Nombramientos
  • Descargas
  • Multimedia
  • Tu diezmo

Lo único que lima el dolor es la gratitud

Misa exequial Sra. Graciela Hortensia Orpinel de Hurtado, mamá del Diácono Permanente Luis Miguel Hurtado Orpinel / Catedral de Monterrey / 20 de enero del 2018

Estimadas hermanas y hermanos. Primero, una palabra de consuelo, de solidaridad, a los hijos de la Sra. Hortensia por este hecho, sin duda, muy importante para sus vidas, esta despedida de su mamá. Gracias a los amigos, a los sacerdotes y diáconos que nos acompañan en esta despedida.

La Palabra de Dios nos ayuda a asimilar este hecho, sin duda, doloroso a través de dos bonitas imágenes. La primera, la de una despedida. Todos alguna vez hemos tenido que ser despedidos o hemos despedido a alguien, a un amigo, a una amiga, a un hijo, a una hija, al esposo, a la esposa.

Todos sabemos cómo en una despedida corren sentimientos muy distintos. Primero, uno comprende que es necesario. El que se va decide ir porque tiene algo importante que hacer, se va a estudiar, se va a trabajar, se va a vivir.

La despedida es necesaria, pero también en una despedida está el sentimiento de esperanza. Nos volveremos a ver. Y eso es lo que en esta celebración quiero que hagan suyo este sentimiento, es necesario partir y para todos es necesario.

No podemos estar aquí en el mundo de modo indefinido. Es necesario partir. Pero también hay algo bien importante, nos volveremos a ver. Primero porque es una ley ineludible de la vida, pero sobretodo porque tenemos esperanza. Como dice hoy el apóstol san Pablo, “lo que vemos es pasajero, lo que no vemos es eternidad” (cfr. 2 Cor 4, 18).

Y en la fe tenemos que conjugar estas realidades y estos sentimientos. Es necesario que Hortensia se haya ido, pero también está la esperanza de volverse a ver. No sabemos cómo, pero Cristo nos ha dado esta certeza de que no todo termina aquí, de que hay esperanza de vida eterna.

La segunda comparación es la de la siembra que oímos en el Evangelio, y que también san Pablo la utilizará para explicar la esperanza de la Resurrección. Dirá Jesús con palabras bien apropiadas, “si el grano de trigo no cae en la tierra, se siembra y muere queda infecundo, pero si se siembra y muere da mucho fruto” (cfr. Jn 12, 24).

Así es la vida, es como una siembra. Poco a poco va creciendo hasta que llega el momento de la cosecha. ¿No es muy bonita una planta cuando está en su máximo verdor? Claro que sí, cuando florece aún más bella, pero cuando llega el momento de la cosecha, aunque parece que se marchita, nos da gusto porque ahí vienen los frutos.

Piensen en una mata de maíz, cuando ya madura el grano la mata se seca, pero ahí vendrán nuevos frutos, nuevas semillas. Así es la vida de nosotros, pareciera que se seca, pero viene la fertilidad, continúa la historia humana. San Pablo preguntaba “¿en qué se parece la semilla a la planta?” (cfr.1 Cor 15, 35-53). En nada, pero no hay planta si no hay semilla. Así es, dice él, la vida eterna.

¿En qué se parece la vida a la que viene después? Seguramente en nada, pero para que exista aquella, primero existe esta realidad humana que Dios ha querido. Solamente hay vida eterna para los que nacen en este mundo. Porque el mismo que nos crea es el mismo que nos salva y el mismo que nos lleva al Cielo.

Vamos a pedir por la familia de la señora Hortensia. A los que ya se nos murió nuestra mamá sabemos lo que se siente. Así ya sea uno grande de edad el sentimiento de orfandad permanece siempre. Porque Dios, en su proyecto creador, quiso que el hijo y la mamá o la hija y la mamá tuvieran una estrecha vinculación. De tal modo que cuando nos separamos sentimos muy feo, duele mucho.

Pero también es momento de reconsiderar. ¿Qué es lo que hace suave este tránsito? El sentimiento de gratitud. Lo único que lima el dolor es la gratitud: “Gracias, mamá, por esto, por aquello, por traerme al mundo, por cuidarme”. Y ese rosario de favores nunca termina, eso nos hace mucho bien, gratuidad, gratitud.

A eso los invito a ustedes, los hijos de la Sra. Hortensia. “Tencha”, como le decían de cariño. Hagan un repaso de gratitud y verán que recuperan paz y tranquilidad. La gratitud nos hace mirar al Cielo y tener esperanza.

Por eso el banquete más importante de nuestra fe católica es la Eucaristía, el agradecimiento que nos transporta el Cielo, que nos dice que aquí hay un banquete, pero hay un banquete también en la eternidad. Aquí hay una bonita relación de amor entre padres e hijos, pero en el Cielo será mucho mejor.

Que Dios los bendiga y recemos unos por otros, porque todos pasamos por esto o tenemos que pasar por esto. Sobretodo vamos a pedir para que el Señor nos de la fe en el Cielo, en la eternidad. Nos hace mucha falta a todos, a los niños, a los jóvenes, pero, de modo más urgente, a los que ya somos grandes de edad. Que el Señor nos bendiga.

Visto por: 1,822
Compartir:

Relacionado

27/11/2022

HOMILÍA – 27 de Noviembre de 2022, 1er. Domingo de Adviento


Ver Más
16/10/2022

Homilia del 16 de Octubre


Ver Más
11/09/2022

HOMILÍA – 11 de Septiembre


Ver Más
© 2022 Arquidiócesis de Monterrey. Terminos y Condiciones.