Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 3 de febrero 2020. En la celebración de la Vida Consagrada, la cual se llevó a cabo en la Basílica de Guadalupe, el Arzobispo de Monterrey, agradeció a todos los consagrados por su presencia en la Iglesia de Monterrey.
“Gracias por ser lo que son, por estar presentes y ser signo de esperanza para el pueblo”.
Mons. Rogelio resaltó que todo consagrado es esperanza para el que sufre.
“Cristo es la Luz del mundo, Simeón profetizó ese hecho, el dijo Cristo es Luz para las naciones y gloria del pueblo Israel, que profecía tan maravillosa, porque habla de Cristo, habla de la Iglesia, habla de María, habla de nosotros, porque cerca de Jesús María, la Iglesia y nosotros, también somos luz para el mundo, somos esperanza para la humanidad”.
“El consagrado y la consagrada tienen una mirada nueva, una mirada compasiva, una mirada de ternura, una mirada de responsabilidad, eso mantiene nuestra vocación, eso sostiene nuestra misión, porque el mundo espera de Dios, el ha querido que nosotros seamos mediación de esperanza”.
“Solo el que se entrega, el que se sacrifica, puede dar esperanza a aquel que busca el sentido de la vida”.
Finalmente, Monseñor Rogelio dijo a los consagrados: “Son ustedes una riqueza grande para la Iglesia de Monterrey, son un tesoro, son un florilegio, son algo muy grande para la Iglesia”.