Novenario Parroquia san Rafael Arcángel, Escobedo / 19 de septiembre del 2017
Estimadas hermanas y hermanos: con mucha alegría y contento nos preparamos a celebrar a su santo patrono, el arcángel san Rafael. Basta leer la historia del libro de Tobías para entender la grandeza de este arcángel (cfr. Tob 5, 4).
Hoy el santo Evangelio me hizo pensar también en el arcángel san Rafael. Dios interviene cuando tenemos situaciones límite. Es decir, cuando el agua nos está llegando hasta el cuello y no sabemos qué hacer. Recuerdan la historia de Tobías. Su papá se queda ciego. Él tiene que ir a la tierra de sus parientes porque debe casarse y tiene que pasar muchas peripecias a lo largo del camino. Y lo que hace san Rafael es acompañarlo, esa es la mejor terapia. Porque san Rafael es el patrón de la salud. La mejor terapia es acompañar y es lo que hace el arcángel. Acompaña a Tobías a lo largo del camino y le ayuda haciendo el medicamento del aceite del pescado para que quede curado su padre y recupere la vista. ¡Cómo Dios interviene, cómo se hace cercano! Nunca deja solo a nadie. De una manera u otra, el Señor se hace cercano. Porque, cuando uno tiene grandes problemas, la solución no sólo es dinero, es la cercanía afectuosa, una palabra de apoyo, una palabra sincera.
Es más importante una palabra de consuelo, una buena compañía. El arcángel san Rafael acompaña a Tobías en el camino inseguro y eso es más que suficiente. El afecto es compañía, presencia. Cuando tú quieres a alguien, te haces presente, acompañas. En el Evangelio oímos algo importante (Lc 7, 31-35). Cuando la viuda va a enterrar a su hijo, Jesús tiene un gesto. ¿Se imaginan el dolor de la viuda en la muerte de su hijo? Se acerca, toca el féretro y la ayuda.
Tocó el féretro. En tiempos de Jesús, en la religión judía, estar cerca de un féretro o tocarlo lo convierte en impuro. Al tocarlo no puede rezar, porque no puede rezar impuro. Esa es la cercanía que vale. Dejas de pensar en ti y en tu propio bien, y te arriesgas a hacer algo bueno por otro. Esto es lo que hace Jesús, se acerca. Por eso, al oír el Evangelio me acordé de san Rafael, porque lo que le sucede a Tobías es como un anuncio de lo que hace Jesús. Jesús resucita a los difuntos. Lo que hace Jesús no es solo el milagro, sino, sobre todo, el cariño. Tobías es acompañado por san Rafael y la viuda por Jesús. Rafael significa “Dios cura”, “Dios es curación”, “Dios es médico” y Dios nos cura, sobretodo, estando cerca de nosotros.
Por eso la Eucaristía es la máxima cercanía de Dios. El Papa Benedicto XVI dice que la Eucaristía es presencia, banquete y sacrificio (cfr. Sacramentum Caritatis). Jesús dijo, “yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).
Cómo no agradecer la compañía de Dios, como lo hizo a través de san Rafael, arcángel, como lo hizo Jesús cuando está con nosotros. Vamos a pedirle a Jesús que sepamos acompañar a nuestros hermanos, que no seamos indiferentes. A veces no vamos a resolver los problemas, a veces no vamos a ayudar como quisiéramos, pero qué importante es el consuelo. Pidámosle para que podamos ser siempre compañeros amables y tengamos buenos sentimientos. Que Dios los bendiga