Misa exequial Sra. María Olga Sias Pesina, mamá del Pbro. Pedro Pablo González Sias / 21 de noviembre del 2017
Estimadas hermanas y hermanos: en esta tarde queremos unir nuestra intención, nuestro pensamiento y sentimiento, para encontrarnos con la gracia de Dios. Oímos en la primera lectura (Sab 3, 1ss) “los justos descansan en paz. Les deseamos bienes y bendiciones como a la Sra. Olga. Nosotros decimos, “descanse en paz”. Ese es el deseo que tenemos, que descanse en paz. Porque ella, como ustedes y yo, en la vida aprendió a vivir en paz.
¿Qué significa vivir en paz? Disfrutar de su amor y amistad. Para Dios no hay enemigos, solo amigos. Olga es amiga de Jesús. Es la paz que tiene que haber en el corazón humano y en aquellos que mueren. Saber que hay un Dios que ama. Jesús nos decía, “ustedes son mis amigos” (Jn 15, 15). Eso nos da confianza y tranquilidad.
En el Evangelio del domingo, recuerdan que el tercer empleado dijo, “tuve miedo porque sé que eres muy exigente” (Mt 25,14-30). Nosotros no tenemos miedo porque Jesús nos ha prometido aceptarnos, perdonarnos, querernos como amigos. A un amigo no se le ponen condiciones, simplemente nos ama. Esa certeza de su amistad es lo que nos hace vivir en paz, sabiendo que creemos en un Dios que ama, perdona y salva.
Para ello, hay que ser sencillos. Jesús, en el Evangelio le daba gracias a Dios por la gente sencilla (Mt 11, 25), la que no es complicada, la que es siempre libre para aceptar el amor y la amistad. Los de mente sencilla simplemente acepta el cariño de Dios. Cristo le dio las gracias al Padre por la gente sencilla, porque a la gente sencilla le revela su amor y el Evangelio.
Vamos a pedir por nuestra hermana Olga que la tenga en el Cielo y por los que quedamos en la tierra, para que los días que nos regale Dios los vivamos en su amor y su amistad. No dejen de pedir unos por otros. Dios los bendiga.