Nuevo Administrador Parroquial, Parroquia – Santuario Purísima Concepción, Agualeguas – 13 de julio 2017
Estimadas hermanas y hermanos fieles de esta comunidad parroquial, hermanas y hermanos que nos acompañan de donde ha servido el Padre Ernesto. Gracias también a toda esta parentela que vienen aquí a acompañarnos.
Dos cosas que nos dice la Palabra del Señor. Padre Ernesto, hay que decir “aquí estoy”, así le respondió Jacob al Señor, así le han respondido todos los hombres de Dios, los profetas, aquí estoy Señor. Nuestro Señor Jesucristo también, dice el autor de la carta a los Hebreos, que Jesús también dijo “aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad”. La buena disposición es el preámbulo y condición para desarrollar una misión en la Iglesia; el que va a regañadientes, el que va sintiéndose forzado no va a disfrutar la alegría de la evangelización. Yo le agradezco al Padre Ernesto su buena disposición, en cuanto le dije que le iba a pedir este servicio me dijo “muy bien”, así tiene que ser, ningún sacerdote puede negarse a la misión, siempre “aquí estoy”, porque no hay parroquias importantes y no importantes, no están catalogadas por orden de preferencia, donde hay un discípulo de Cristo ahí tiene que estar el sacerdote. Por eso, “aquí estoy Señor”, asi dijo Jacob y ahora lo dice el Padre Ernesto.
Jesús, al enviar a sus discípulos les dio una bonita recomendación “sean astutos como las serpientes y sencillos como las palomas”, pareciera una contradicción, pero es Palabra de Jesús. Un sacerdote, un evangelizador, debe ser siempre muy inteligente, no para sacar ventaja personal, sino tiene que ser inteligente para pensar cómo hacer que el Evangelio llegue al pueblo, tiene que ser astuto, prudente, tiene que pensar las cosas bien, debe tener la sencillez de una paloma; parecería una contradicción querer conjuntar la astucia con la sencillez, pero los santos así lo han vivido, porque el apostolado, el ministerio, pide lo mejor de nosotros, nuestra inteligencia y nuestro corazón, son las dos cosas que están en juego, la inteligencia que es la astucia y la sencillez que es el corazón, toda la labor apostólica debe ser cuidadosa, aunque no haya circunstancias de plena persecución, sin embargo, sabemos que la Palabra de Dios no fácilmente es aceptada, ni entre los católicos, uno se va acostumbrando a medio vivir la fe católica, a de vez en cuando tener una actividad espiritual, pero la vida plena no es fácil. Por eso también en las persecuciones han participado miembros de la iglesia, basta que revisen la persecución religiosa en México, católicos matando católicos. El Señor, con toda claridad nos pide esas dos cualidades que no son fáciles, astucia y sencillez, inteligencia y cariño, y amor a los fieles.
Quiero animar al Padre Ernesto a que le ponga todo su empeño en favor de esta comunidad, y también al seminarista Edgar que acompañará al Padre Ernesto a tiempo completo. Pidan mucho por el Padre Ernesto para que anime esta comunidad, para que saque a flote todo el potencial de este pueblo católico, estoy seguro que es posible. Aunque sea uno, dos o más personas tenemos que ponerle el mismo gusto, el mismo interés, y estoy seguro de que así ocurrirá. Hay que ponerle ánimo, los fieles, el Padre Ernesto, el seminarista Edgar, hay que ponerle interés porque a todos nos hace falta el Señor, a todos nos hace falta la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, y por eso hay que predicar, visitar las casas y acercarlos al amor de Dios, que nadie se acostumbre a caminar sin Dios y que se adormezca la fe, hay que soplarle para que no se apague la fe del pueblo. Seamos como María, ella dijo “hágase en mí según tu palabra”, es decir “aquí estoy”, así también Padre Ernesto aquí estás y aquí te encomendamos a la gracia del Señor Jesús y también al cariño protector de la Santísima Virgen María.