Con profunda fe y esperanza cristiana, la comunidad se reunió este martes 7 de octubre para celebrar la misa exequial del Padre Manuel Enrique Aguilar Quesada, F.N., en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe Reina del Trabajo, en Monterrey, Nuevo León.
La ceremonia fue presidida por el R.P. David Arredondo Castañeda, Superior del Instituto, quien invitó a los presentes a contemplar este momento no solo desde el dolor humano, sino desde la mirada de la fe.
“Humanamente no hay palabras que puedan dar consuelo, pero si lo contemplamos desde la mirada de fe, sabemos y creemos que Dios es quien nos da el sentido de este tránsito, la paz y el consuelo”, expresó el padre Arredondo durante la homilía.
Fieles, familiares y amigos del Padre Manolo acudieron para manifestar su cariño, afecto, admiración y respeto a quien formó parte de la comunidad Fuego Nuevo, dejando en cada corazón un testimonio de entrega sacerdotal y amor por el servicio.
En su mensaje, el celebrante recordó que la vida del Padre Manolo fue una misión cumplida y que su partida representa un acto de esperanza y de fe en la promesa de Cristo.
“El Padre Manolo ya cumplió su misión. Era el momento que Dios tenía preparado para él, para su encuentro con Él. Ante la pregunta del porqué, Dios nos responde: por amor”, dijo.
Con lágrimas, pero también con gratitud, los asistentes encomendaron su alma al Señor, seguros de que el Padre Manolo vive ahora en la presencia de Dios, en la morada que Él mismo le tenía preparada.