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Estén dispuestos a ir a la misión

Misa de apertura en el Seminario Mayor.

Lunes 13 de agosto de 2018.

 

He venido a darles la bienvenida, a todos, especialmente al Padre Carrera y al Padre Gallardo, a 9 seminaristas que regresaron, a los seminaristas que comienzan en nuestra comunidad.

Oyendo las lecturas que nos tocaron en este día y pensando en ustedes y en el seminario me pregunte, qué puede decirnos el Señor con esta liturgia, cuando vi la lectura del profeta Ezequiel, vino a mi mente el relato de Pentecostés, el profeta adelanta el acontecimiento de Pentecostés, que es la manifestación de la gloria de Dios y al mismo tiempo, vino el documento de Aparecida, donde yo participé y recuerdo que uno de las ideas del encuentro, fue que la Iglesia necesita vivir un nuevo Pentecostés.

Es decir, necesita, conmoverse, tener un nuevo impulso, no podemos quedarnos sentados en la comodidad, como el Papa le dijo el domingo a los jóvenes. Es necesario activarse y así tiene que ser el proceso formativo de nuestro seminario, una activación con destino a Pentecostés.

Yo sé, que la cultura de hoy es una cultura sedentaria. Porque las redes sociales, todo lo que tiene que ver con la comunicación, es hoy muy sedentario, la televisión cautiva, el Smart phone, cautiva y por lo tanto paraliza, te hace sentarte, no moverte.

Saben que es una de los problemas que hoy tiene nuestro país, que los niños no se mueven, están muchos horas sentados, también nos puede pasar a nosotros, a ustedes seminaristas, no solo un sedentarismo físico sino también psicológico.

No nos deja vivir Pentecostés, porque Pentecostés es salida, es disponerse a caminar, platicaba ayer con un obispo, también conoce muy bien la vida religiosa y me decía que hoy los religiosos, no quieren ir a la misión, están cerrando muchas iglesias porque la mayoría de los párrocos son mayores de 70 años.

Los jóvenes creen que están muy bien en la ciudad, pero el proyecto misionero ya no es un proyecto de vida, como también nos puede pasar aquí a nosotros, no se sabe que hacer fuera del bullicio de la ciudad.

A veces nos hace falta el bullicio de la ciudad, no sabemos qué hacer con nuestro tiempo, con nuestra vida.

Hay que vivir este nuevo Pentecostés, mentalidad misionera, dispuestos a ir donde haga falta, donde sea necesario, donde la iglesia les pida servir, romper con esquemas mentales.

Al profeta Ezequiel le costó trabajo entender el mensaje de Dios, cuál es la misión que tiene un sacerdote donde no hay un templo, no hay sacrificios, está acaso, Dios ahí en medio de ellos, sigue presente la fuerza de Dios en su comunidad, el Señor le permite tener esta experiencia de Pentecostés y llegar a la conclusión que la gloria de Dios también está en Babilonia, descubre que él nos ayuda a todos a descubrir, cual es la misión. También a ustedes seminaristas, para los padres formadores, para mí, para todos.

Siempre hay que preguntarle a Dios, qué es lo que quiere de nosotros, es necesario sentirse en movilidad, por eso, la expresión de la Iglesia peregrina que proclama el Concilio.

Me gusto la pregunta que le hace Jesús a Pedro, quiénes pagan impuestos, responde Pedro solo los extraños, es una crítica contra los judíos, ya no somos más ciudadanos, somos extraños.

Creo yo que hay que tener esa conciencia, que ésta, no es nuestra tierra, tenemos que estar en movimiento, el Señor rompió las fronteras, ir a donde sea, no solo nuestro territorio diocesano.

A ustedes les tocará un nuevo tiempo, seguramente irán a otros países, yo no porque ya estoy viejo, pero ustedes tengan esto en la mente, nuestro ministerio es itinerante, es de Pentecostés, de peregrinos, de quien se sabe extraño en su propia tierra, pero no para sentirse incomodo, sino para tener conciencia de la necesidad en otros lugares.

Tú tierra es donde está tu misión. Vamos a pedirle esta gracia que le hace falta a la Iglesia, no sentados, no cómodos pero sí alegres.

El que obedece, dice un principio, no se equivoca. Les pido aquí a los hermanos sacerdotes que tengan siempre en mente. Qué significa pertenecer a una iglesia particular, acaso significa reducción, no, nosotros tenemos que decir que es un punto de raíz, pero, nos ordenamos para la iglesia universal, para implantar la comunidad, se nos pide estar muy cerca de estos pueblos, pero no de manera privativa, cuando sea necesario hay que salir.

Hay que aprender a salir de nuestros afectos, piensen muchachos, hay que manejar las relaciones afectivas con mucha prudencia, hay que querer al papá, a mamá y los hermanos pero nunca un amor que obstaculiza, el auténtico amor nunca es carente, nunca obstaculiza la salida.

No podemos tener apego a la familia, es un autoengaño, hay que superarlo, porque algunos de ustedes así de grandes, todavía tienen apego a sus familias.

Lo que quiero animarlos, es que piensen en su formación en un horizonte universal, misionero, de frente a ustedes, hay que prepararse bien, en filosofía, teología, no pierdan el tiempo, todo es necesario pero no pierdan el tiempo.

Ustedes son los responsables de su formación, la Palabra de Dios, les deja este pensamiento, un nuevo Pentecostés para la Iglesia y Pentecostés significa salir, me criticaron en las redes sociales, porque me entendieron que me daba miedo ir a Tampico en carretera.

Como obispo he estado siempre en lugares violentos y he caminado solo, pero también con temores y miedos pero superándolos con Dios.

El miedo no debe prevalecer, debe fortalecernos Dios para superar nuestros miedos, hacer misión sin miedo, sin asco y sin vergüenza, como diría el Papa.

Vamos a ponerles mucho cuidado en que atendamos la formación académica, para que esto camine bien y a todo dar, Dios los bendiga.

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