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En esta nueva etapa que comienza, no olviden, poner a Dios en el centro

Misa de graduación UNID, Templo San Luis Gonzaga.

Jueves 16 de agosto de 2018

Agradezco mucho la invitación que me hicieron a compartir con ustedes esta alegría y esta acción de gracias, digo alegría y acción de gracias, porque terminar su carrera es una satisfacción, es por eso que deben estar contentos y contentas y tener alegría.

Pero también es necesario agradecer, una de las cualidades más humanas es el agradecimiento, fíjense como desde niños, desde pequeños, aparte de aprender, papá y mamá, las primeras cosas que nos enseñan es a decir gracias, porque si no aprendemos a agradecer nos hacemos inhumanos.

No entendemos que toda la vida es un regalo de Dios, un regalo de nuestros padres, regalo de la unidad; que importante es vivir siempre este espíritu de gratuidad, de entender que la vida es un regalo de Dios, y como es Dios tan grande y bueno con nosotros que él hizo que hubiera un memorial del agradecimiento, la Eucaristía, eso significa Eucaristía, acción de gracias.

Los griegos, para decir gracias dicen “euxaristó”, los cristianos desde el principio le llamaron Eucaristía, primero: alabanza, luego: Eucaristía. Por eso, que bueno que ustedes quieren sellar este momento de su vida con el agradecimiento a Dios, gracias Señor porque me has permitido llegar a este momento de mi vida.

Cuando uno mira el pasado hay que mirarlo con gratitud, el presente con mucha decisión y el futuro con esperanza, así tiene que ser la vida de nosotros, porque siempre corren ideas, corren ambientes que generan temor, desconfianza del futuro, ustedes pidieron que se leyeran estas lecturas especiales.

La vocación del profeta Jeremías, a él le dijo el Señor, “no tengas miedo”, que importante es llevar la vida sin miedos, es normal que nos preocupemos, pero nunca el miedo que paraliza, el miedo que No nos deja seguir adelante, es normal que tengamos miedo de algunas cosas, pero siempre es bueno tener el valor para enfrentar las cosas, enfrentar la vida.

El Señor, cuando llamó a muchos personajes importantes de la Biblia les dijo: “no tengas miedo”, le dijo a la Virgen María, a San José, a los profetas, ahora nos dice a nosotros… a ustedes… no tengan miedo.

Porque la vida hay que encontrarla con serenidad con decisión, pero sobre todo con la conciencia de que Dios está con nosotros, que nuestra vida camina con la presencia de Dios.

También sugirieron que escucháramos el pasaje del Evangelio de una parábola, la parábola de un sembrador, Jesús muchas veces contó parábolas, no para hacer más fácil la enseñanza, No, la parábola es un cuestionamiento. Salió un sembrador a sembrar y sembró la semilla, hoy los métodos de sembrar son otros, todo está tecnificándose, pero cuando se siembra en los cerros que no entran las yuntas ni tractores, el modo de sembrar es otro.

A mí me tocó ver como se siembra en el monte, antes de la colonia, los indígenas sembraban con la coba, en Israel, el sembrador esparce la semilla y como es normal la semilla cae en distinto terreno, unas semillas cayeron en la vereda, otras entre espinos, otras en tierra pedregosa, otras en tierra buena.

Qué pasó, lo que tenía que ocurrir, la del camino, fue pisada, la que cayó entre las piedras, es normal que no tuviera buena raíz, pero al final, positivamente dice algo bueno, hubo semillas que cayeron en buena tierra, pero, que comprensivo es Jesús, nos dice que unos rindieron el 100, otras el 60 y otras el 30.

El Señor no nos pide a todos el mismo resultado, porque cada uno, de acuerdo a sus capacidades, a los dones recibidos, da distintos porcentajes, lo que importa es que seas persona de bien, que le devuelvas parte de lo que él te entregó, conoce nuestras diferencias, como es cada uno, pero cada quien es responsable de responderle al Señor.

En esta nueva etapa que comienzan a través de su trabajo, hay que ponerle muchas ganas a la vida, de modo integral, completo; primero Dios, primero su relación con Dios, encomendarse a él todos los días, al menos vayan a misa cada 8 días, para alimentar el espíritu.

También tiene que fomentar los valores de familia, para qué trabajamos, solo para un salario, creo yo que no, nuestra vida vale más que el dinero, por eso siempre tendremos presente a las personas que queremos, nuestros papás, esposos y luego viene el trabajo que hoy pide de todos mucha responsabilidad.

Yo escucho a quienes ofertan trabajo, quienes coordinan y administran las empresas, hoy hay un problema, crece la irresponsabilidad, jóvenes que no llegan a su trabajo, que se levantan y tiene flojera y ya no fueron a trabajar.

Responsabilidad para que también vayan ganando en confianza, en responsabilidad compartida, les digo estas cosas, que las saben muy bien porque sé, que algunos de ustedes se están graduando en administración, saben lo que es administrar el tiempo, recursos humanos, recursos económicos.

Hoy se necesita mucha responsabilidad, en segundo lugar el buen carácter, la amabilidad el trato amistoso, lo estudiaron ustedes en la administración, sacar los mejores sentimientos, que feo trabajar con una persona irascible, se acaba la vida, nos hace pesado el día.

Ánimo, la Iglesia los necesita, Dios los necesita, pero también sus familias y la sociedad, sean siempre lo mejor que puedan, pongan todo lo que está de su parte, no podemos cruzarnos de brazos, el Señor siembra pero cada uno le respondo según puede y quiere.

Dios los bendiga, no dejen de estudiar, sigan preparándose cada día sin perder el tiempo para que sean mejores en esta nueva etapa.

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