arquidiocesis-logotipoarquidiocesis-logotipoarquidiocesis-logotipoarquidiocesis-logotipo
  • Inicio
  • La arquidiócesis
    • Historia
    • Arzobispo
    • Obispos Auxiliares
    • Planeación Pastoral
    • Patrona de Monterrey
    • Causas de Canonización
    • Provincia eclesiástica
    • Obituario
  • Gobierno
    • Curia
    • Gobierno Pastoral
    • Actividad Pastoral
  • Directorio
    • Presbiteros
    • Parroquias
    • Diáconos Permanentes
    • Diáconos transitorios
    • Adoración Perpetua
    • Hospitales con capellanías
    • Nichos Parroquiales
    • Otros
      • Zonas-Decanatos
      • Vida consagrada
      • Prelatura personal
      • Movimientos laicales
      • Centros Asistenciales
      • Casas de retiro
      • Colegios católicos
  • Noticias
    • Todas
    • Arquidiócesis
    • Internacional
    • Nacional
    • Vaticano
    • Artículos
  • Seminario
  • Catedral
    • Historia
    • Áreas
    • Capilla del Sagrario
    • Exterior
    • Interior
    • Altar Mayor
  • Archivo
    • Documentos
    • Nombramientos
  • Descargas
  • Multimedia
  • Tu diezmo

El que ama sabe agradecer y trabajar

Fiesta patronal Parroquia Señor de los Trabajos, san Nicolás / 14 de septiembre del 2017

Estimados hermanas y hermanos: la Iglesia en México tiene dos fiestas dedicadas a la Cruz. En este día aprovechamos también para celebrar a Cristo en distintas advocaciones o nombres que le damos al Señor Jesús porque el interviene en bien de su pueblo. Por eso tenemos el de Señor de los afligidos, el Señor de la amargura, esta fiesta el Señor de los Trabajos.

Todas estas devociones nos hablan del cariño del pueblo a Cristo crucificado, pero también nos hablan de los favores recibidos por el Señor. Cuántos milagros recibimos de parte del Señor Jesús directamente de él o también a través de la intercesión de María y los santos. Miramos a Cristo porque él está en el centro de nuestra fe. Hoy le agradecemos al Señor porque se compadece de sus hijos y otorga trabajos para trabajar, trabajos por las inclemencias del tiempo. Porque hay que trabajar incansablemente para tener lo necesario para vivir y Cristo siempre nos acompaña, nos consuela y nos fortalece.

La Palabra de Dios la vamos a llevar en nuestro corazón porque nuestra devoción a Cristo tiene que ser devoción a su Palabra, devoción a su Misterio Pascual. Cristo siempre nos llama, siempre nos pide vivir la caridad, el amor, porque Cristo en la cruz es Cristo que ama. Él mismo dijo, “no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos y ustedes son mis amigos” (Jn 15, 13). La cruz de Cristo nos hace amigos de él.

“Amen a sus enemigos”; sabemos que eso no lo podemos hacer solo porque quisiéramos hacerlo. Es más, a lo mejor ni nos atrae querer amar a nuestros amigos. Y dice el Señor, “que en esto conocerán que somos sus discípulos” (cfr. Jn 13, 35). “¿Qué tiene de extraordinario amar al que te ama, saludar al que te saluda?” (cfr. Lc 6, 32). Para esto no es necesario ser cristiano católico.

Ustedes pensarán que ya quisiéramos amar a quien nos ama. Cuántos hijos son ingratos con el amor que reciben de sus padres, cuántos esposos no corresponden al amor que reciben de su cónyuge, cuántos, a pesar de que los trates bien, nunca corresponden. Ya que nosotros correspondiéramos al amor ya sería una gran cosa. Nos supera. Amen a sus enemigos. Y ¿quién es nuestro enemigo? Todo aquel que no forma parte de nuestra vida, aquel que excluimos, aquel que nos ha maltratado, aquel que ha hecho algo grande contra nosotros. ¿Quién no ha tenido enemigos? No los quisiéramos tener, no quisiéramos estar resentidos con alguien, pero es cuestión de un segundo para que inmediatamente brote en nosotros el coraje y el malestar, porque lo llevamos en nuestra naturaleza. Hasta porque te dan un empujón en la calle o porque oyes un comentario.

Por ello Jesús habla siempre primero de amar y perdonar al enemigo. Nos transporta a otra actitud que es como el antídoto o remedio para superarlo: la gratitud, el saber agradecer. Cuando tú miras la vida como un regalo de Dios, cuando estás contento de aquello que el Señor te permite vivir, cuando miras cerca de ti al que es bueno contigo brota del corazón un sentimiento de acción de gracias. Por eso, nosotros venimos a misa cada domingo, para aprender a agradecer a Dios. Cuando uno comienza a mirar tantos regalos de Dios, uno tiene una mirada positiva de la vida. Cuando uno se acostumbra en la vida a mirar lo positivo uno tiene el corazón grande, amable, Decía hoy san Pablo a los colosenses, “busquen el amor que es el vínculo de la perfecta unidad” (cfr. Col 3, 14).

Hermanas y hermanos hoy celebramos a Cristo crucificado, este Misterio de Redención. Cristo en la cruz nos enseña a agradecer, a mirar todo bien. Recuerdan cuando él está en la cruz le dice al Padre, “perdónalos, no saben lo que hacen” (Lc 23, 34). Fíjense bien, cuando alguien tiene un buen espíritu hasta justifica aquel que le hace daño, lo hacen por ignorancia, porque no quieren entender, no saben lo que hacen. El que ama justifica al que le hace el daño. Hasta allá llega el amor cuando hay una mirada positiva.

Vamos a pedirle al Señor porque vivimos tiempos muy difíciles, tiempos de mucho malestar, de mucho coraje, de mucha inquietud. Estamos todos siempre como a punto de estallar. Es una sociedad nerviosa, estresada y nos hace bien entrar en calma. Mirando al crucificado tenemos que vivir en paz, en unidad, hermanas y hermanos. Vamos a encomendarnos al Señor de los Trabajos para que nos dé la fuerza de enfrentar los problemas, que son muchos, pero también para pedirle a Jesús que nos enseñe a mirar todo con gratitud. La misa se llama “Eucaristía” y esa palabra quiere decir, “gracias”. Que el Señor nos bendiga y vamos a poner lo mejor de nosotros para vivir en paz y en concordia.

Visto por: 1,318
Compartir:

Relacionado

27/11/2022

HOMILÍA – 27 de Noviembre de 2022, 1er. Domingo de Adviento


Ver Más
16/10/2022

Homilia del 16 de Octubre


Ver Más
11/09/2022

HOMILÍA – 11 de Septiembre


Ver Más
© 2022 Arquidiócesis de Monterrey. Terminos y Condiciones.