Por Debany Valdés
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 5 de noviembre 2020
Mons. Rogelio Cabrera López presidió la misa en honor a San Teófimo mártir, patrono del Seminario de Monterrey, a quien pide su intercesión para alcanzar la Santidad a la que Dios nos invita.
Así mismo, estuvieron presentes en la celebración Mons. Juan Carlos Arcq, Rector del Seminario y Obispo Auxiliar Electo, algunos miembros del presbiterio de la Arquidiócesis de Monterrey y los seminaristas que residen en el Seminario Mayor del Municipio de Juárez N.L.
El Arzobispo en su homilía compartió el llamado que el Señor, en su benevolencia, nos hace, para vivir la Santidad en cualquier circunstancia de nuestra historia y nos invita a fijar la mirada en San Teófimo mártir, quien dio su vida por Cristo y misionó en el amor.
“El Señor nos llama a la santidad, como un llamado universal para cualquier ser humano aunque no sea cristiano, inclusive aunque no tenga una religión”.
“En tiempos límite, en tiempos de dificultad, florece la santidad, en tiempos de persecución, en tiempos de guerra o en tiempos de pandemia o peste … Nuestro País sabe lo que significa una persecución, los mártires mexicanos son también testigos de esta vocación a la santidad a través del martirio”.
Señaló dos enseñanzas que Dios deja en su evangelio:
“El amor incondicional a Cristo, ese amor que hace que la vida tenga nuevos sentidos, ese amor que restablece el orden de valores en la vida”.
“Aquel que se encuentra con Cristo, mira siente y vive la realidad de otro modo, para mí, dice San Pablo «todo es basura en comparación del conocimiento y el amor de Cristo»”.
“El hombre Santo nunca se siente distinto ni superior a los demás, Cristo que es el Santo de los Santos se sienta y come con los pecadores, se siente parte de esa realidad de las personas, de su sufrimiento, de sus distancias internas que sienten con Dios; y Cristo los acerca al amor misericordioso del Señor”.
“Estimados seminaristas, hermanos sacerdotes, hoy con la intercesión de San Teófimo mártir, testigo de la Fe, santo, seguidor de Cristo, discípulo suyo, misionero desde el martirio, nos llama también a nosotros a caminar en esta ruta tan original que nos propone el Señor Jesús”.
“Este camino que no es moralista, este camino que no es exclusivo, este camino que es angosto y difícil; el Señor nos anima a mirar hacia adelante, a comprender que fuera de Cristo, no tiene sentido la vida”.
“Un sacerdote tiene el ministerio en favor de enfermos, pobres, pecadores etc. pero también sabiendo que él forma parte de esa realidad porque somos pecadores al servicio de los pecadores, pero también somos santos al servicio de los Santos”.
“El llamado a la santidad no tiene límites ni exclusividades, todos estamos llamados a gozar del amor de Dios, porque eso es ser santo, sentirse amado y amar a Dios y al prójimo como a nosotros mismos”.
“Que San Teófimo mire compasivo nuestro Seminario, este seminario de Monterrey, este seminario al servicio de otras diócesis del país, que lo mire compasivamente que su testimonio aliente nuestro camino nos llene de esperanza de entusiasmo sabiendo que aún en estos límites que impone la pandemia podemos realizar el proyecto divino de ser santos como Dios es Santo”.
Por último, Don Rogelio agradeció la generosidad, oraciones y amor de el pueblo para con el Seminario y envío un cálido saludo a todos los seminaristas de Allende, Monterrey, a los presentes en Juárez y al equipo formador.