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El Escapulario es señal de protección Divina

Fiesta Patronal Parroquia Nuestra Señora del Carmen, Monterrey – 16 de julio de 2017

Nos acercamos de cerca a la Virgen María en su advocación de la Señora del Carmen, esta advocación que no sólo se convierte en una devoción del pueblo católico, sino también llega a ser una escuela de cristianismo, un camino espiritual. Todos los lugares santos, especialmente los montes de Israel, siempre tienen una enseñanza muy grande, por eso el salmista dice “levanto los ojos a los montes, de donde me vendrá el auxilio, el auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra”; el Monte Sinaí, el monte Sión vertice del cielo, allá donde está la ciudad de Jerusalén, el monte Tabor, el monte de los olivos y este monte que hoy queremos recordar: el monte Carmelo, el monte de Dios. Ya saben que Carmen significa “la viña de Dios”, “el viñedo de Dios” y que en su historia ha ido alimentando la espiritualidad, no sólo de nosotros los cristianos, sino que tiene sus otras raíces en el Antiguo Testamento. Inicia con el primer místico, el profeta Elías, y después se desarrolla esa mística en la experiencia carmelita, sobretodo con san Simón Stock.

¿Qué fue lo que aprendieron los cristianos de la figura de Elías en el monte Carmelo? Elías es el hombre de fuego, de carácter indomable, pero al mismo tiempo el hombre obediente a Dios, que lucha por la verdad, pero también que sabe llegar a Dios en los momentos de paz y serenidad. Recuerdan ustedes cuando el tiene aquel arrebato místico, él esperaba que Dios apareciera en los rayos, en los truenos, de acuerdo a su carácter, pero no fue así, Dios se apareció en una brisa suave que lo descontroló y obediente comprendió que Dios es un Dios de paz de tranquilidad como aquel rocío matutino. Y así en la historia de nuestra Iglesia hemos venerado ese camino espiritual.

Pero, ¿qué es la mística? Es tratar de entrar en los misterios de Dios, eso han hecho los grandes santos, especialmente los que han seguido la figura de Nuestra Señora del Carmen, como santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz, santa Teresita, y podríamos hacer una larga lista de hombres y mujeres que siguieron este camino y aprendieron a contemplar a Dios y la experiencia mística de los caminos de Dios. Se fijaron en el Evangelio de Dios que le preguntan “¿por qué hablas en parábolas? Contesta “a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no”, es así que en la Iglesia se abre un camino del conocimiento espiritual de Dios sabiendo que siempre el acceso es un regalo de Dios, si la fe es una virtud teologal el encuentro con el Señor se da como un don, lo que nadie merece, sin embargo hoy Cristo nos dice cómo se llega al misterio de Dios, de una manera sencilla, pero también que tiene que ser aceptada como dádiva Divina, hay que oír, hay que ver y hay que sentir en el corazón. Dice el Señor, citando al profeta Isaías, “algunos oyen y no entienden, algunos ven pero no miran”, y no van nunca a aceptar el misterio de Dios.

Por eso quienes han seguido el camino espiritual de Nuestra Señora del Carmen han seguido este camino de la escucha de la Palabra, no hay mística sin contemplación, si no se oye la palabra de Dios; no hay fe si no se escucha la Palabra de Dios, la fe viene de escuchar la predicación y la predicación consiste en escuchar de Cristo. Hay que contemplarlo presente en la creación, contemplarlo presente en nuestra historia tan contradictoria, mirarlo y contemplarlo en el misterio de revelación de Nuestro Señor Jesucristo. Si oímos, si vemos, el Señor nos entregará la comprensión en el corazón, porque sólo el que ama oye y ve. Cuando a una persona no la queremos no la oímos ni la queremos ver, en cambio, cuando hay un corazón bien dispuesto se puede oír y se puede contemplar. Se fijaron como este buen sembrador siembra en el camino, siembra en la hierba que tiene espinas, siembra en la que tiene piedras, pero también en la tierra buena, sólo Dios hace eso, un buen agricultor no desperdicia su semilla donde no fructifica, en cambio, Cristo siempre aventurero y atrevido lanza su semilla a todos, porque cree que es posible la conversión, que aunque seamos muy malos tenemos esperanza de vida y de cambio, esto solo lo hace Jesús porque lo hace con la gratuidad de su amor, porque solo Jesús espera lo que Dios espera y confía en quien no merece confianza.

Vamos a agradecerle a Cristo que nos haya compartido a su mamá, la Virgen María, hoy en la advocación del Carmen vamos a pedirle al Señor que ella nos proteja, ella pidió que lleváramos el escapulario como señal de protección divina, vamos a pedirle a ella que nos auxilie, y sobretodo en la hora de nuestra muerte. Gracias a Dios el pueblo la invoca en los momentos más duros, es increíble la devoción a Nuestra Señora del Carmen en todos los funerales y tienen razón, porque ella intercede por nosotros, para que Dios sea siempre benigno y misericordioso, y que nos perdone a los que no merecemos ser perdonados. Vamos a tratar de seguir este camino espiritual que comienza oyendo su Palabra.

 

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