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Da gracias a Jesús por lo que has recibido

Misa dominical San José de Raíces, Galeana
29 de julio de 2018

Bunas tardes hermanas, buenas tardes hermanos, buenas tardes hermanos sacerdotes:

 

Ustedes saben hermanos que nosotros nos alimentamos con las palabras y con la comida, que importante es la comunicación entre nosotros, qué podría ser de una persona que no escuchara una palabra o no pudiera comunicar una palabra, gracias a Dios, que nos concedió la capacidad de hablar y escuchar, porque eso nos hace muchísimo bien.

Una anécdota que cuentan, en la época Nazi uno de los generales dio una orden a las enfermeras quienes tenían unos 20 niños sin padres; ustedes van a dar de comer a estos bebés pero no les van a dirigir ni una palabra, ¿qué pasó? Que todos los niños murieron, porque necesitamos de la palabra, nuestra mamá desde el vientre y cuando éramos infantes, nos dirigía una palabra, cuanto bien nos hace que nos hablen, que nos digan buenos días, cómo estás, te quiero mucho, te extraño.

Es un alimento bien rico, la palabra, por eso cuando usamos mal ese don de Dios, como cuando con las palabras injurio, daño la buena fama del otro, cuando genero violencia, si entro en las redes sociales para hacer lo mismo.

Pero también necesitamos comer, el Señor nos dio esas dos dimensiones de la vida, alma y cuerpo, tenemos que alimentarnos, comer, para vivir, para sobrevivir, muy importante el pan o de manera amplia la comida.

Hoy la Palabra de Dios nos habló de la comida, el pasado domingo nos habló de la Palabra, nos decía que Cristo bajó de la barca vio a la multitud y se compadeció de ellos y empezó a enseñarles, ahora la segunda parte, Cristo percibe que tienen hambre y quiere darles de comer.

El Señor hace un milagro porque no alcanzaba para todos, ya lo había hecho Elíseo, pero en menor proporción. En el santo Evangelio lo mismo, pero cuántas personas estaban, 5000, más que todos los que hay aquí en su comunidad, sin contar mujeres y niños. Pero alcanzó con 5 panes y 2 pecados, panes de cebada, yo no recuerdo haber comido panes de cebada, ahora son más caros los panes integrales, pero que son 5 panes y 2 pescados para tanta gente, lo dijo el apóstol. Y tenía razón, él hizo un cálculo, ni 200 denarios (pudiendo entender como 100000 pesos) alcanzaría para comprar para todos. Pero Jesús hace un milagro, primero da gracias a Dios, después les pide que lo repartan entre todos, dos cosas bien importante, dar gracias y repartir, cualquiera podría ponerse exigente.

Jesús da gracias y reparte y hasta sobró comida, aquí da otra enseñanza, no se puede desperdiciar la comida, el Papa, hoy en roma habló de eso, pregúntenles a sus abuelos que vivieron la guerra mundial y supieron lo que era el hambre, Jesús da esa enseñanza, recojan todo lo que sobró para que no se desperdicie.

Regreso al milagro, Jesús da gracias, un milagro que ocurre en nosotros con frecuencia, pero hay condiciones, mirar a Dios, agradecer y repartir. El que es codo y avaro, siempre va a sentir que no tiene, el que quiere tener y tener, nunca le basta.

Si le preguntaran a un millonario si tiene suficiente, diría que todavía no. Pero a nosotros nos toca agradecer, pero también repartir para multiplicarlo. Decía Teresa de Calcuta, la caridad comienza cuando te duele.

Ese fue un antecedente de la misa, ya oímos la Palabra de Dios ahora vamos a tener presente a Cristo en el pan y vino eucarístico. Vamos a darle gracias a Dios, a repartir nuestros bienes para poder multiplicar lo que Dios nos ha dado.

Reciban siempre esos dos regalos de Dios, la Palabra y el pan, las palabras de Dios siempre son buenas para nuestra alma y después de haber recibido la Palabra, buscamos la comunión. Puede ser que alguien no se puede acercar a comulgar, pero la Palabra siempre la podemos tener. Cuando no puedan comulgar, pídanle a Dios y manifiéstenle el deseo de comulgar espiritualmente. Que Dios los bendiga.

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