Fiesta patronal de Ntra. Señora del Roble, patrona de la Arquidiócesis de Monterrey
18 de diciembre de 2018
Agradezco la presencia de todos ustedes, al seminario que como cada año se hace presente, un saludo especial a los que reciben la sotana el día de hoy.
Es importante cuando nos ponemos la sotana porque estamos llamados a una vocación muy exigente pero a la vez bonita.
Hoy el profeta Jeremías nos invita a ver un milagro, anuncia el acontecimiento del Salvador, en estos días de adviento, para fortalecer la esperanza.
Ocurren cosas que no podían ser resultado más que de un regalo de Dios.
Cómo es posible que Dios se haga tan pequeñito, ese es el milagro de la encarnación.
Quiero invitarles a mirar estos signos que están presentes en nuestra liturgia, el árbol de navidad, el árbol de la Cruz y el árbol del roble.
La historia de la humanidad empieza con un hecho negativo, comen del árbol prohibido.
Pero gracias a Dios las cosas no terminaron ahí, ahí comienza la manifestación grandiosa de Dios, el diablo será vencido en el árbol de la Cruz.
En el que el Señor está clavado, por eso la navidad ya nos habla de la Cruz, de la salvación, de la resurrección. Por eso, navidad y pascua son tiempos de alegría.
Como hoy el Evangelio nos presenta a San José, que se encuentra con el Señor en el sueño.
Este tercer árbol, el roble, la virgen María quiso ser encontrada en un roble. Un árbol que significa fortaleza. Una de las 4 virtudes cardinales, que le dan consistencia y armonía al corazón.
Fortaleza, virtud importante para todos. La virgen María es la mujer fuerte, San José es el hombre fuerte.
Ellos son modelo de fortaleza, para ustedes seminaristas y para todos.
Aceptar los retos y desafíos que Dios propone, eso es la vocación, aceptar los desafíos.
El que pide la fortaleza puede disfrutar de la vida con esperanza porque sabe que es posible subir a la cima.
Vamos a pedir a nuestra señora del Roble, más vocaciones sacerdotales, estamos preocupados por la baja de vocaciones, qué es del pueblo sin los sacerdotes, la iglesia necesita sacerdotes.
Vamos a pedir al Señor que los seminaristas se fortalezcan en la virtud.
Los que reciben la sotana acepten este desafío de llevar una vida digna, conforme al ministerio que aspiran.