Por Debany Valdés
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 07 de septiembre 2020
Mons. Rogelio Cabrera López presidió el día de ayer la celebración de Clausura por la #SemanaDeOración por las Vocaciones, así como también el arranque del nuevo Proceso Vocacional 2020, desde la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
El Centro Vocacional, en conjunto con la Pastoral Juvenil, la Pastoral Universitaria, Raza Nueva y el Seminario de Monterrey fueron partícipes de esta misa en la que también estuvieron representantes responsables de la juventud de la Arquidiócesis de Monterrey, de manera presencial y virtual siguiendo las redes sociales.
El Arzobispo de Monterrey durante su homilía compartió:
“Tan importante es el sentido dinámico de la vocación, que en el libro de los Hechos de los Apóstoles a la Iglesia le llama “camino” como el mismo Jesús se autonombra «Yo soy el camino, la verdad y la vida» ; la respuesta vocacional es aceptar ponerse a caminar”.
“Existe la Iglesia porque ha sido llamada por Dios para creer y para caminar, para salir, para vivir en Éxodo sabiendo que este mundo no es su patria definitiva”
Así mismo Mons. Rogelio resaltó la importancia de tener claro que la vocación más allá de ser sacerdotes, religiosos, consagrados, matrimonios o solteros, tenemos una meta definitiva:
“Muchachos y muchachas esta no es su patria, el mundo no es estancia definitiva es un caminar, ir de un lugar a otro, dar paso tras paso, confiando en que la meta ni siquiera es para este mundo, sino es una meta de eternidad, porque nosotros vamos al cielo, esa es la vocación, ir al cielo”
“Todos nos protegemos, porque el Señor a todos nos constituye centinelas de los demás, por supuesto que el Centinela número uno es Jesús, inigualable, él cuida de nosotros, él nos dice hacia dónde hay que ir, él nos previene de todos los peligros”
“Vamos ayudarnos unos a otros, yo los corrijo, ustedes me corrigen; yo rezo por ustedes, ustedes rezan por mi, eso es esta bella caravana llamada Iglesia, está caravana que siempre camina escuchando, confiando, respondiendo, sabiendo que el Señor nos llama a una meta muy alta, nos llama a subir hasta el cielo”.
