La tarde de este 18 de diciembre se llevó a cabo la Solemne Eucaristía presidida por el Arzobispo de Monterrey, para celebrar celebrar la fiesta patronal de nuestra Señora del Roble y el 230 Aniversario del Seminario de Monterrey.
“En esta fiesta de Nuestra Señora del Roble, en este año queremos agradecerle a ella y que ella sea nuestra mensajera ante el Señor Jesús, la alegría por el gran regalo a nuestra Iglesia de Monterrey, por la institución más importante, nuestro Seminario”, compartió el Arzobispo de Monterrey en su homilía.
“Estamos celebrando 230 años de su fundación, el Seminario no casualmente comienza en estas fiestas de Nuestra Señora del Roble, activo, yo diría que hay una especie de simbiosis entre Nuestra Señora del Roble y el Seminario”, apuntó.
“El Seminario tiene su historia cercana totalmente a Nuestra Señora del Roble, por eso en cada fiesta quien nunca falta es el Seminario y en esta ocasión de los 230 años, no podemos no agradecerle a ella”.
“Imaginen ustedes lo que ha pasado en 230 años, historias agradables, tiempos de bonanza, pero también tiempos de dificultad de persecución, por eso ella en las buenas y en las malas como toda mamá, a estado con nuestro Seminario, no podemos hoy olvidas y agradecer este regalo”.
Además, el Arzobispo realizó un llamado a que nuestra Madre del Cielo, la Virgen María viva con nosotros, habite en nuestra casa, “y nuestra casa no es propia es la casa de Jesús”, añadió.
Mons. Rogelio señaló también que “ella nos ayuda a quererla, porque sabe de nuestro corazón desierto y aveces vacío, pero ella lo nutre”.
Señaló que Nuestra Señora del Roble “es nuestra protección, sus brazos son por la mejor muralla para protegernos y nuestro Seminario tiene que decirle eres nuestra protección”.