Reunión de casas de migrantes / Parroquia Santa Catarina Mártir / 20 de noviembre del 2017
Hermanas y hermanos: primero y, sobretodo, damos una bienvenida. Todo encuentro es siempre una bendición. Recibimos la bendición de su presencia. Queremos compartir, desde esta Eucaristía, muchas bendiciones para nuestros hermanos migrantes.
El Evangelio pone una clave, muy importante, para comprender su servicio pastoral, su misión. Dice, “Jesús iba de camino” (Lc 18, 35-43). Jesús va de camino. Estamos en la parroquia de Santa Catarina, hay cosas que me impresionan de ella, a parte de su martirio.
Dice la Tradición que, cuando muere mártir Santa Catarina, unos ángeles transportan su cuerpo a las faldas del Sinaí. Ahí hay un significado teológico. ¿Qué significa el Sinaí? Es la cuna de la Ley de Dios, de la ética del amor a Dios y al prójimo. Ahí, en el Sinaí, ella fue trasladada por qué, según la Tradición, fue la primera mujer dedicada a la filosofía. Ella tuvo que entrar en discusión con los intelectuales de Alejandría.
Lo que más me llama la atención es que su vida tiene referencia a la ética, a la moral. Detrás de toda la problemática que vive el mundo, que viven los migrantes, es un asunto de ética, en el que no se respeta al prójimo y no se le ve como tiene que vérsele, como hermano.
El Señor reveló en el Sinaí sus diez Palabras, para hacer de Sinaí un pueblo, una comunidad siempre abierta a la relación con el mundo exterior. Israel tuvo una crisis, como lo vemos en el primer libro de los Macabeos (1,10-15.41-43.54-57.62-64).
La asimilación y la integración que le pasa a Israel, el cual quiere ser asimilado por una cultura que no es totalmente la suya y termina éticamente vencido. Cuando hay una integración, uno valora lo de la otra cultura y la propia, y así se conserva el sentido ético de la convivencia social.
¿Qué tiene que ver con la migración? Que frente aquel que piensa distinto, no puede haber oposición, tiene que haber esta capacidad de integrarse. Porque la asimilación rompe todos los valores.
Por eso Israel dice que los que se asimilaron rompieron la ley y la quemaron, renunciaron a su identidad. Nuestra identidad es también ética, nuestra identidad nos va conformando de acuerdo a los valores que consideramos valiosos, los vivimos y compartimos.
Santa Catarina es una señal importante en la valoración del amor a Dios y al prójimo, del amor al extranjero, del respeto al ser humano. Ella, como buena filósofa, sabe que la ética es el centro de la filosofía.
Por eso, al venir a este encuentro, quiero invitarlos a mirar hacia adelante, a descubrir a Jesús en el camino. El Evangelio dice que Jesús iba de camino. A Cristo se le conoce en el camino. Recuerdan la historia de San Martín caballero. Cuando iba de camino, ve a la vera del camino a un pobre que muere de frío. Él se baja de su caballo, su capa la divide en dos con su espada, y lo cubre. Él cuenta en su experiencia que en ese momento miró a Jesús, tuvo una experiencia mística.
Cada vez que se acercan a un migrante, miran el rostro de Cristo. Por eso, nuestro apostolado, aunque es de cara a otro, es siempre beneficio para uno. Uno crece en la fe. Cristo quiso estar oculto de esa manera. Por eso el que abre los ojos correctamente puede mirarlo. Solo se abre los ojos en la caridad.
Santa Rosa de Lima, cuando miró a un enfermo, le besa la herida y dice que en ese momento miró a Cristo. Tenía asco y repugnancia, pero se atreve a dar el paso y, al besar la herida contaminada, ella tuvo un encuentro con el Señor, vio a Cristo.
El Señor anda de camino, hay que oírlo que pasa, hay que verlo cuando pasa. La única manera que tenemos de hacerlo es en la caridad. Por eso, el autor de la carta a los Hebreos habla de la hospitalidad: muchos recibieron ángeles sin saberlo (13, 2).
Que el Señor les conceda en esta tarea, nunca fácil, requerida de reinventarse, de buscar caminos nuevos, les ayude a estar enamorados de Cristo. Lo único que garantiza el Señor es que ahí lo encuentran y ahí su fe se fortalece, ahí se afianzan, en el valor a la Palabra de Dios, a sus mandamientos, a su ética, a su moral, como lo hizo Catarina de Alejandría. Llénense de esperanza, miren hacia adelante, venzan obstáculos, luchen juntos. De esa manera seremos fieles al proyecto del Señor. Que Dios los bendiga.e