Misa de inicio del novenario en honor de san Teófimo Mártir, patrono del seminario de Monterrey
29 de octubre de 2018
Hermanos seminaristas, hermanos diáconos hermanos sacerdotes, me da mucho gusto acompañarlos en este inicio de las fiestas de san Teófimo.
Desde el primer siglo consideraron muy hermoso el testimonio de los mártires, por eso conservaron sus reliquias.
Es muy bueno para nuestros seminarios el que tengamos siempre la mirada en estos hombres y mujeres que han dado testimonio de la fe, en todos los seminarios del mundo se han preocupado por tener un patrono mártir.
Este grupo innumerable de mártires incluso muchos de ellos anónimos, por ser comunidades completas martirizadas, han quedado muchos en el anonimato, pero ahí está el testimonio de la fe.
La vida de la Iglesia está sembrada sobre la sangre de los mártires.
Nos hace mucho bien saber que la meta más grande de la vida cristiana es el martirio, es cierto que no todos llegan a ser mártires de sangre pero todos los que vivimos la fe damos nuestra vida
El martirio tiene dos dimensiones la primera es a nivel personal, el martirio no es improvisado, se vive desde nuestra fe, como los primeros cristianos que se alejaron de la idolatría de los fariseos.
Todo aquello que nos acedia y nos hacen salir de nuestra fe, en Puebla menciona aquellos tres ídolos que nos alejan de la fe, el sexo, el poder y el tener.
Tres cosas que en sí no son malas pero en razón a del cómo se viven pueden llegar a ser malas.
Cuánto daño se hace cuando estas tres se viven de mala manera.
Siempre soñamos que las formas de gobierno sean mejores no solo en la Iglesia sino también en la sociedad.
En estos días de sínodo se planteó la necesidad de que la Iglesia funcione de manera sinodal, donde todos participen en la decisiones.
Siempre ordenadas para el bien, para la persona.
Por eso Jesús dio un ejemplo de cómo deben ser las personas de la autoridad para liberar a los demás, levantando la cabeza y siendo libre.
Como aquel fariseo que dice que vengan otro día para ser curados, no le interesan las personas sino sus propios intereses.
Por eso Jesús muestra como aquel que sirve a las personas tiene ese principio, el principio de libertad para ser libres en Dios
También Pablo llama a que las virtudes sean también comunitarias a que hagamos el ambiente del bien , todos tenemos que crear un ambiente de comunidad.
La Iglesia nos pide al menos 5 años de vida comunitaria para aprender a vivir la fe en el sentido amplio, que la comunidad seminario sea una comunidad cristiana que tenga signos de vida, el respeto entre ustedes, el sentido de respeto entre ustedes , se respeta como es, la comprensión.
Ayer nos hablaba de tolerancia para hacer del seminario una comunidad cristiana. Siempre sean respetuosos uno con otro que quieran reproducir los signos del martirio, que san Teófimo sea inspiración para todos nosotros
Vamos con mucho gusto y esperanza a seguir en la conversión personal pero también en la conversión comunitaria.