Fiesta patronal, Parroquia Santa Beatriz de Silva.
17 de agosto de 2018
Estimadas hermanas, hermanos, jóvenes que nos acompañan, hermanos sacerdotes, con gusto he venido a celebrar la fiesta de santa Beatriz de Silva, pocas parroquias están dedicadas a ella, no sé si alguna otra, a parte de ésta.
Como toda santa, es para nosotros modelo e intercesora ante Dios, hace como 3 semanas fui a San Miguel de Allende a dar un curso a los sacerdotes de Celaya y tuve la oportunidad de visitar uno de los conventos más antiguos de las Concepcionistas, fundadas por santa Beatriz de Silva.
Ellas siguen rezando por nuestro país, saben ustedes, que San Miguel de Allende fue un lugar decisivo para nuestra independencia, cuando platiqué con ellas me acordé y les dije que en Monterrey existe un parroquia dedicada a santa Beatriz.
Que podemos aprender de santa Beatriz, quiero subrayar 3 cosas que propone la Palabra, la primera: el profeta compara el amor de Dios, al amor de un novio y una novia, ese amor tan bello, tan importante que se tienen los novios y los esposos es sacramento del don de Dios y quienes se consagran en la virginidad como lo hizo santa Beatriz también tiene la experiencia del amor de Dios.
Santa Beatriz se sintió profundamente amada por Cristo, por eso permaneció virgen hasta el día de su muerte, primera enseñanza, porque a veces no sabemos qué hacer con nuestros institutos, con nuestra sexualidad.
Santa Beatriz de Silva es ejemplo de una mujer madura, integrada en la misa. Lo segundo: es una noticia que da San Pablo a los romanos, cuando dice: “el Espíritu Santo gime contigo”, te acompaña en las situaciones más difícil de tu vida, santa Beatriz tuvo una vida difícil.
En la corte se encuentra una maraña de mentiras, difamaciones, riesgos para toda la vida, ella seguramente, sufrió porque eran calumnias y mentiras. En el interior de su corazón el Espíritu Santo gimió con ella y experimentó el consuelo de Dios. Que importante es en la vida, agarrarse de Dios y del Espíritu Santo, no podemos imaginar lo que ella sufrió.
Cuando uno ve las películas, con las princesas, doncellas y reinas, que todas viven una vida de lujos y felicidad, pero no, en las cortes se sufría. Ella tiene que enfrentar la dureza de esa vida, el costo de ser una mujer noble, pero el Señor la saca adelante, el Espíritu Santo, gimió con ella.
El tercer pensamiento: esa especie de oración que hicieron los que escucharon el discurso de Jesús, cuando él les dice: “yo soy el pan vivo bajado del cielo”, la gente le dice: “señor danos siempre de ese pan”. Santa Beatriz se alimentó siempre con ese alimento, fue un verdadero viático en el camino, fuerza de espíritu que les animan a seguir adelante, a no echarse para atrás, no tener miedo, ser promotoras de la fe y amor a Cristo.
Porque siempre hizo esa invocación que hacen los que creen en Cristo, santa Beatriz nos enseña a ser mejores cristianos, nos ayuda también a saber invocar al Espíritu Santo, saber llorar con Dios y encontrar así alivio y consuelo.
Desde luego hay que aprender de ella, alimentarnos siempre del pan eucarístico, si hacemos nuestras estas dos notas de santa Beatriz, nos hará muy bien a todos. Que importante es madurar humanamente, que importante es poner los problemas a la luz de Dios y su consuelo y que importante es alimentarnos de la Eucaristía.