Misa san Pedro en el Álamo / sábado 23 de junio del 2018
Estimadas hermanas, estimados hermanos:
Providencialmente, la visita acontece en una fiesta bien importante para la Iglesia, el nacimiento de Juan el Bautista, que se festeja mañana, pero, por una antigua tradición judía, el día comienza desde la tarde del sábado. Por lo que el domingo comienza desde las 6 pm de hoy y termina mañana.
En muy pocas ocasiones, en el día domingo se celebra algún santo. Es más, solo la fiesta de la Virgen, si cae en domingo, la fiesta de san Juan Bautista y la fiesta de san José.
Las demás, si ocurriera en domingo no se celebra, se busca otro día, para que quede claro que nuestra fe está centrada en Cristo. Nosotros venimos a celebrar el misterio de Cristo, por eso se llama domingo, “dominus”, Señor, la fiesta del Señor.
Pero cuando celebramos a la Virgen, en una fecha de domingo o en este caso a san Juan Bautista, es porque ellos tienen que ver con el misterio de Cristo.
Quisiera compartir con ustedes tres ideas de reflexión. Primero, san Juan es el profeta; segundo, es el testigo de Jesús; tercero, es el amigo de Cristo.
Primero es el profeta, tiene como misión hacer ver la verdad cuando las cosas son confusas. Reciben de Dios una claridad que les permite decir la verdad en momentos de confusión.
Cuando llega Jesús y comienza a predicar, la gente no entiende, no sabe quién es él, ¿quién es este hombre?, ¿por qué hace milagros? Y la gente no lograba entender, hasta que Juan empieza a explicar el testimonio de Jesús.
Primero dice que él no es el Mesías, Jesús es el Cristo, él es el principal, y Juan no ocupa su lugar. Un profeta nunca le quita su lugar a Dios, reconoce cuál es su papel. Por eso Juan el Bautista es un profeta, él nos señala y le dice a la gente, “él es el Cristo, a él hay que escucharlo, seguirlo, aprender de él”.
Recuerdan el pasaje de los dos discípulos de Jesús (Juan el apóstol y Andrés hermano de Pedro). Juan les dice que lo sigan, Juan es el profeta. Importante que alguien aclare la verdad, el profeta nos habla acerca de Dios y nos permite descubrir quién es Dios, el profeta nunca ocupa el lugar de Dios.
Segundo, Juan es el testigo, con su vida y su muerte. Él es testigo de que Cristo es Dios. Cuando le preguntan, “¿eres tú el Mesías?”, responde que no.
Pero también es el amigo. Ya saben que era pariente de Jesús. ¿Isabel qué era de María? Su prima. Por lo tanto, ellos eran primos. Pero, no solo el parentesco de la carne sino el afecto, el cariño y la amistad.
San Juan Bautista dirá “yo soy el amigo” y el amigo es aquel en quien se confía, a quien se le dice la verdad, a quien se le revela lo más importante. Por eso Juan es el amigo de Jesús o Jesús es el amigo de Juan. Por eso celebramos a san Juan Bautista.
¿Qué podemos aprender de él? Primero, siempre hay que buscar la verdad, saber dónde está la verdad. Uno de los problemas más grandes que tenemos son las noticias falsas, las “fake News”. Por eso es importante buscar la verdad, aceptarla y promoverla.
Segunda enseñanza, ser testigos con nuestra vida, que manifieste que somos cristianos, que somos parte de Jesús. La comunidad cristiana debe ser testigos de Jesús, que todos demos testimonio de Cristo, con nuestros defectos y errores. Pero luchando por ser testigos.
Tercero, amigos. Esto lo dijo el mismo Señor, “a ustedes ya no los llamo siervos sino amigos”. Es lo más bonito de la fe cristiana, sentirse amigos de Jesús.
Hermanos, con el gozo de saber que Cristo es el Señor y con la ayuda de san Juan el Bautista seamos verdaderos testigos de Jesús, que la Iglesia se la familia de los testigos de Cristo. Que Dios los bendiga.