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Luz, agua, pan y palabra: cuatro elementos necesarios para vivir

Vigilia Pascual, CERESO Apodaca / 31 de marzo del 2018

Hermanos y hermanas, les agradezco que hayan venido a celebrar la Vigilia Pascual con nosotros. Esta celebración se hace de noche. Por eso los símbolos tienen que ver con la luz y la oscuridad.

Hay cuatro cosas que destacan en esta celebración: la luz, el agua, la Palabra y el pan y el vino. La fiesta de Pascua es la fiesta de la vida. Hay cuatro cosas que el ser humano necesita para vivir.

Primero, la luz. Donde no hay luz no hay vida. Todos necesitamos la luz: las plantas, los animales y los seres humanos. Nada sobrevive donde no hay luz. Por eso lo primero que creó Dios fue la luz.

Segundo, el agua. Los seres animados no podemos vivir sin agua. Los seres animados necesitamos del agua para vivir. Donde no hay agua no hay vida.

Tercero, el pan. Para los seres vivos, los seres humanos y los animales, necesitamos comida. Solo los seres humanos sembramos, cosechamos, molemos, cocinamos y comemos. Nadie sobrevive mucho tiempo sin comer.

Cuarto, la palabra. Los seres humanos necesitamos comunicarnos, decirnos lo que pensamos y sentimos. Solo el ser humano puede comunicarse a través de la palabra.

Al ser humano no le basta comer y beber, necesita de la comunicación, del diálogo, de ayudarnos a interpretar la vida, de decirnos los sentimientos del corazón. Hay personas que no oyen ni hablan, pero sí se comunican.

La Vigilia de la Pascua nos pone a considerar lo que necesitamos para vivir. Damos un paso a lo alto, lo natural siempre tiene un lado espiritual. La luz significa la presencia de Dios. Sin Él no hay vida. Con el agua se nos transmite la vida a través del Bautismo, es un nuevo nacimiento. Jesús le dijo a Nicodemo, “es necesario renacer de lo alto”.

El pan y el vino se convierten en el Pan espiritual, el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La palabra es la Palabra de Dios. Dice el autor de la carta a los Hebreos, “Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo”.

Las palabras del Evangelio son como el tesoro mayor de la Escritura, porque ahí nos habló Jesucristo. Esto celebramos en este primer día del año. Los judíos tienen dos calendarios: uno que inicia en la primavera y el otro en octubre. Nuestro calendario inicia con el equinoccio de la luna. Por eso la Semana Santa cae entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

Hay ocho días después del equinoccio de primavera, para recordar que todo comienza en Dios. Así como no puede faltar lo material, la luz, el agua, el pan y la palabra, así tampoco no puede faltar lo espiritual. Vamos a pedirle al Señor que siempre estemos muy contentos de vivir, porque vale la pena vivir.

Hoy celebramos la resurrección del Señor. Con Él siempre podemos aspirar a una vida nueva. Festejamos la resurrección de Cristo. Estemos contentos por esta nueva vida material, subamos a la vida espiritual, subamos al cielo.

Pidamos unos por otros, porque todos necesitamos de la oración. Gracias a todos por acompañarnos en esta celebración. Que Dios los bendiga.

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