arquidiocesis-logotipoarquidiocesis-logotipoarquidiocesis-logotipoarquidiocesis-logotipo
  • Inicio
  • La arquidiócesis
    • Historia
    • Arzobispo
    • Obispos Auxiliares
    • Planeación Pastoral
    • Patrona de Monterrey
    • Causas de Canonización
    • Provincia eclesiástica
    • Obituario
  • Gobierno
    • Curia
    • Gobierno Pastoral
    • Actividad Pastoral
  • Directorio
    • Presbiteros
    • Parroquias
    • Diáconos Permanentes
    • Diáconos transitorios
    • Adoración Perpetua
    • Hospitales con capellanías
    • Nichos Parroquiales
    • Otros
      • Zonas-Decanatos
      • Vida consagrada
      • Prelatura personal
      • Movimientos laicales
      • Centros Asistenciales
      • Casas de retiro
      • Colegios católicos
  • Noticias
    • Todas
    • Arquidiócesis
    • Internacional
    • Nacional
    • Vaticano
    • Artículos
  • Seminario
  • Catedral
    • Historia
    • Áreas
    • Capilla del Sagrario
    • Exterior
    • Interior
    • Altar Mayor
  • Archivo
    • Documentos
    • Nombramientos
  • Descargas
  • Multimedia
  • Tu diezmo

Quien es prudente se prepara con tiempo

Inauguración de Capilla, Torres de Guadalupe, García / 12 de noviembre del 2017

Estimadas hermanas y hermanos: gracias por venir esta tarde de domingo a que juntos celebremos la Eucaristía. Un saludo afectuoso a quienes nos visitan. Celebrar la Eucaristía es una ocasión oportuna para dar gracias a Dios, pero también para que nos dejemos educar por la Palabra del Señor.

Hoy se nos habló con un ejemplo, el ejemplo de una lámpara (Mt 25, 1-13). Gracias a Dios no tenemos que usar lámpara, tenemos luz eléctrica. Pero si se remontan a tiempos antiguos era necesario para caminar una lámpara de aceite.

El ejemplo que da el Señor es acerca de saber preparar la lámpara de aceite. Llega un momento en que le falta más aceite para que siga encendida, y cuando uno necesita la luz y no puede tenerla, la consecuencia es la inseguridad y el tropiezo.

La Palabra de Dios se le compara a una lámpara, un salmo dice, “tu Palabra, Señor, es lámpara para mis pasos” (Sal 119). El mismo San Juan, hablando de la caridad, dice, “el que no ama a su hermano camina a oscuras y tropieza” (cfr. 1 Jn 2, 11). Qué importante es tener una luz para caminar, una luz que no es nuestra, sino que es de Dios y hay que pedirla, hay que estar preparados.

Ahí está la sabiduría de una persona, saberse preparar en todos los campos de la vida, hay que prepararse a tiempo, con oportunidad. Como cuando ustedes, cuando bautizan a sus hijos se les dice, “hay que prepararse”. En la vida necesitamos preparación, es decir, capacitarnos para poder cumplir con una misión. Se prepara el que va a ser ingeniero, el que va a ser médico, el que será papá, mamá, el que va a ser maestro, el que va a ser sacerdote. Todos necesitamos prepararnos, pero hoy escuchamos que hay que prepararse a tiempo, cuando es el momento oportuno. Si no nos preparamos vamos a caminar en la oscuridad, en la tiniebla.

El Señor nos habla de una preparación importante, prepararnos para la muerte y luego gozar de la alegría de estar con el Señor. ¿Cómo nos preparamos? Viviendo santamente, cumpliendo la voluntad de Dios, con las obras de caridad. Hay que ser previsores. Cuando menos se acuerda uno, uno ya es mayor. Nadie sabe ni el día ni la hora, por eso hay que estar preparados, por eso nos portamos bien y hacemos obras de caridad. ¿Por qué nos conviene portarnos bien? Para ganar el Cielo, es el motivo último de la vida.

Pero también nos conviene portarnos bien para que en este mundo podamos vivir en paz y aprovechar las cosas bellas que da el Señor: el cariño del esposo y la esposa, el respeto de los hijos, el amor de los papás, tantas cosas bonitas, la naturaleza, el calor, el frío. Hay que aprovecharlas, hay que disfrutar los bienes que el Señor nos regala. Porque, en la medida que las aprovechamos, también nos preparamos para la eternidad.

Vamos a perfile al Señor que nos ayude a ser como esas jóvenes listas que se prepararon, que no seamos como las cinco que a última hora quisieron resolver los problemas y no pudieron. Estamos siempre a tiempo de responderle al Señor correctamente, prepararnos para vivir como el Señor quiere en este mundo y para el encuentro con nuestro Señor Jesucristo al final de nuestra vida. Que Dios los bendiga.

Visto por: 1,004
Compartir:

Relacionado

27/11/2022

HOMILÍA – 27 de Noviembre de 2022, 1er. Domingo de Adviento


Ver Más
16/10/2022

Homilia del 16 de Octubre


Ver Más
11/09/2022

HOMILÍA – 11 de Septiembre


Ver Más
© 2022 Arquidiócesis de Monterrey. Terminos y Condiciones.