A través de un mensaje dominical difundido por redes sociales, el Arzobispo de Monterrey, Mons. Rogelio Cabrera López, invitó a los fieles a reflexionar sobre el Evangelio de este domingo, que relata el encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos a la orilla del lago de Tiberíades. En su mensaje, el prelado ofreció una lectura espiritual del texto evangélico y lo relacionó con el momento que vive actualmente la Iglesia ante el inminente inicio del cónclave para la elección del nuevo Papa.
“Así como los discípulos, nosotros también podemos encontrarnos sintiendo que muchas veces nuestros esfuerzos no dan fruto”, expresó el arzobispo, destacando que Jesús se hace presente en la vida cotidiana de los creyentes, alentándolos a perseverar y a confiar en su palabra. Recordó que, cuando los apóstoles obedecieron la instrucción del Señor, sus redes se llenaron de peces, señal de que la misión cristiana no depende solamente de la fuerza humana, sino de la fidelidad a Cristo.
En una segunda parte de su mensaje, Mons. Cabrera López subrayó el simbolismo del diálogo entre Jesús y Pedro, en el que el Señor, tras preguntarle tres veces si lo amaba, le encomienda la misión de pastorear a su Iglesia. Este pasaje, dijo, cobra un significado especial en estos días, ante la cercanía del cónclave que elegirá al nuevo sucesor de San Pedro.
“Debemos recordar que en el cónclave no se busca elegir simplemente a un líder humano”, afirmó el arzobispo, recordando que la Iglesia confía en que, mediante la oración, el discernimiento y la acción del Espíritu Santo, será el mismo Cristo quien señalará al nuevo pastor.
En ese sentido, Mons. Cabrera hizo un llamado a la comunidad católica a sostener espiritualmente este proceso con oración y buenas obras. En particular, animó a rezar el Santo Rosario durante el mes de mayo, tradicionalmente dedicado a la Virgen María, pidiendo su intercesión por la Iglesia y sus pastores.
“El nuevo Papa será también un hombre frágil, pero llamado a amar”, señaló, destacando que el corazón del ministerio petrino no está en el poder, sino en el servicio generoso, la fidelidad y la cercanía al pueblo de Dios.
Finalmente, concluyó su mensaje con una bendición pastoral y un exhorto a vivir este tiempo con esperanza y confianza en la promesa del Señor: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28,20).