Por: Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 26 de abril del 2022
En torno al Primer Encuentro Eclesial de México, se llevó a cabo el segundo día de actividades, iniciando con la celebración de la Santa Misa, presidida por el Arzobispo de Monterrey y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano Mons. Rogelio Cabrera López.
“Nuestro Encuentro Eclesial es primero un encuentro con el Señor. Hoy la Palabra de Dios nos pide superar la horizontalidad, mirar desde lo alto, renacer, volver a donde el Señor ha querido destinarnos, al cielo”, apuntó Mons. Rogelio.
El Presidente de la Conferencia del Episcopado, invitó a mirar y encontrarnos con los demás desde Cristo:
“Los encuentros con el Señor dignifican, porque siempre son encuentros a partir del amor de Cristo con la humanidad; Cristo ama a sus apóstoles, Cristo ama a Nicodemo, Cristo ama a la Samaritana, ama a aquel ciego de nacimiento, ama a la familia de Lázaro, así tiene que ser nuestro Encuentro Eclesial, un encuentro con el Resucitado, un encuentro en la Eucaristía y luego el encuentro entre nosotros”.
Además, el Arzobispo de Monterrey, invitó a ver la realidad terrenal actual, pero sin dejar de ver a Dios.
“Durante este encuentro eclesial hablaremos de nuestros problemas, de nuestras necesidades, de nuestras esperanzas, de nuestros sueños, cuantos dolores, cuanto llanto, pero al mismo tiempo cuanta alegría se respira en México, hemos atravesado por una pandemia en México, en la que hemos sentido la dureza de los problemas: la violencia, el hambre, la enfermedad, pero en este encuentro, sin olvidar esta realidad, queremos renacer, nacer de lo alto”.
Finalmente, añadió: “Necesitamos que ustedes hermanas y hermanos fieles laicos asuman sus compromisos bautismales, necesitamos que ustedes las consagradas, los consagrados nos recuerden nuestro fin escatológico, necesitamos que ustedes hermanos sacerdotes compartan con nosotros el gozo de la Resurrección, pero también que con nosotros, carguemos junto con el pueblo la cruz del sufrimiento, solo así es posible nacer de nuevo, nacer de lo alto, nacer del agua y del Espíritu”.
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