Este miércoles 16 de agosto, un grupo de 15 sacerdotes dieron gracias a Dios por su 25 aniversario de ordenación.
La Eucaristía fue presidida por el Arzobispo de Monterrey, dentro de la cual, en su mensaje, felicitó a los festejados.
“Primero quiero decir una palabra de felicitación a los sacerdotes y a mi hermano obispo Alfonso Miranda, que cumplen ya su aniversario de plata”.
“Celebrar 25, 50, 75, 100, es siempre una alusión a Pentecostés, 25 es múltiplo de 50. Y por eso celebramos con gozo los 25. Y el jubileo de Pentecostés, es un jubileo de amor, pero que va acompañado primero del perdón, por eso esta fiesta es una fiesta primero para reconocer el paso de Dios en sus vidas, en las luces, en las sombras; pero siempre para uno de nosotros, para un creyente, para un sacerdote, siempre el saldo es positivo y espero que así vean estos 25 años de vida sacerdotal, porque Dios siempre está con ustedes”, añadió el Arzobispo.
“Es una experiencia muy bonita, celebrar los 25 años de vida sacerdotal, tuve una anécdota cuando yo celebre mis 25, allá en el 2003 siendo Obispo de Tapachula, el monitor cuando comenzó la Eucaristía muy solemne, con mucha gente de las parroquias de la diócesis, dijo que no se explicaba porque yo celebraba bodas de plata, se le chispo la teología, pensó que eran 25 años de presbiterado y son 25 años de sacerdocio, ya sea en el grado de presbítero o como Poncho en el grado del episcopado”.
“Es una experiencia muy profunda, de mucho agradecimiento y que yo quiero que ellos vean el lado positivo, la parte que viene de Dios, su gracia y su amor, independientemente de lo que haya ocurrido en estos 25 años de vida sacerdotal”.
“Agradezco que me hayan invitado a presidir la Eucaristía, como dijo Vantroi, no era necesario que yo presidiera, podía haber presidido Monseñor Alfonso o cualquiera de ustedes, pero yo les agradezco que quisieron que yo lo hiciera, porque quieren dejar patente este misterio de comunión eclesial para vivir aquella enseñanza de la época apostólica de San Ignacio de Antioquía, que decía dónde está el obispo, ahí está la Iglesia”.
Antes de terminar la celebración, Monseñor Alfonso Miranda, dirigió unas palabras donde primero agradeció al Arzobispo de Monterrey por su presencia.
“Quiero agradecer a Mons. Rogelio, por habernos acompañado en esta misa, reiterarle nuestro agradecimiento, nuestro seguimiento como pastor de nuestra Arquidiócesis, besamos su anillo de pastor, seguimos su cayado, bendecimos a Dios porque en estos ya 11 años de ministerio episcopal aquí en Monterrey, nos ha sabido guiar como iglesia, nos ha sabido guiar como generación de sacerdotes de obispos auxiliares y a toda la comunidad de fieles“.
“Una palabra más para bendecir a Dios por tantos dones que nos ha concedido, pedir perdón a Dios también por las fallas cometidas como sacerdotes, como obispos, pedir perdón a la comunidad de fieles, por nuestras fallas y errores, pero también agradecer lo que Dios nos ha permitido hacer a través de estos humildes siervos del Señor, que llevamos en vasijas de barro la gracia de nuestro Señor”.
“Y muy contentos como generación, ha sido una generación muy buena, muy bonita, guardamos está cercanía a través de reuniones bastante periódicas, guardamos bendito Dios la amistad y la unidad entre nosotros, es que recibimos como un regalo divino del Señor”.
Finalmente, Mons. Alsonso añadió: “Nos seguimos encomendando en su oración y siguen estando en las nuestras ”.
