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Prot. No. 186/2023
25 de Abril de 2023

Nombramiento

ROGELIO CABRERA LÓPEZ,

POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SEDE APOSTÓLICA,

ARZOBISPO DE MONTERREY,

AL PBRO. GERARDO VALDES ARREOZOLA, NECESARIO COLABORADOR EN EL MINISTERIO EPISCOPAL: ¡LA PAZ ESTÉ CONTIGO!

Estimado padre Gerardo:

Recibe un fraterno saludo y mis mejores deseos, en este tiempo de Pascua, que renueva nuestro discipulado misionero y nuestro ministerio presbiteral.

Primero, quiero agradecerte el servicio que has prestado a nuestra Iglesia como Vicario Parroquial de la Parroquia Nuestra Señora del Refugio, en Monterrey, N. L. Estoy seguro de que el Señor, que no se deja ganar en generosidad, sabrá recompensarte el tiempo que has dedicado a esa comunidad.

Al mismo tiempo, te notifico que, después de haberlo consultado con mi Consejo Episcopal, considerando tanto las necesidades de nuestra Arquidiócesis como tus virtudes humanas y presbiterales, quiero formalmente, en uso de mi autoridad como obispo diocesano de esta Iglesia, conferirte el oficio de

VICARIO PARROQUIAL

DE LA PARROQUIA SAN JOSÉ DEL URO

en Monterrey, N. L.,

a partir del 25 de abril de 2023,

ad nutum episcopi .

Deberás colaborar con el Pbro. Ricardo Alberto Salazar Cepeda, párroco de esta querida comunidad, trabajando juntos en armonía y realizando tu ministerio según los lineamientos del Plan de Pastoral de nuestra arquidiócesis, que nos llama a ser una Iglesia misionera de puertas abiertas y en salida.

Podrás establecer tu residencia en la casa sacerdotal de esa comunidad, conviviendo con tu párroco y el resto de clérigos que puedan ser asignados a servir a esta parroquia. Esta casa, según la naturaleza de la misma y nuestras disposiciones, es de uso exclusivo para ustedes sin que deban tener acceso persona ajena más allá de pequeñas convivencias o reuniones pastorales, pero ningún laico, ni siquiera seminaristas o religiosos, podrá hospedarse en ella sin licencia expresa del vicario episcopal de la zona.

Dos cosas te pido de manera especial: nunca olvidar la vida de oración y la vida común con tu párroco y los otros clérigos que sirvan a la parroquia como un verdadero testimonio cristiano (cf. Congregación para el Clero, La conversión pastoral de la comunidad parroquial, 63); y el cuidado del desarrollo integral, humano y cristiano, de los menores y adultos vulnerables siguiendo las directrices expresadas en nuestra instrucción sobre la materia.

Además, te pido, que el ejercicio de tu oficio lo realices en verdadera comunión con un servidor, con mis obispos auxiliares, con tu párroco y tus hermanos diáconos y presbíteros de esta Iglesia. Para ello no descuides tu crecimiento espiritual, humano y presbiteral participando tanto de las jornadas anuales de ejercicios espirituales y de formación, como de las juntas de presbiterio en general, de zona y de decanato.

Con el fin de facilitar la colaboración con tu párroco, te delego para asistir, según la necesidad y la organización que aquel establezca, a los matrimonios que se celebren en esa parroquia (cf. c. 1108 §1).

Te deseo todo éxito apostólico y te reitero mis sentimientos de aprecio y estima en el Señor.

Que la Santísima Virgen del Roble, patrona de nuestra arquidiócesis, te auxilie y acompañe en tu ministerio presbiteral.